El líder de ese gran movimiento cibernético es natural de La Unión y él mismo se define un hateño de raca mandaca, fundador del grupo Casa de San Pedro, que hoy cuenta con un sinnúmero de seguidores esparcidos por todo el mundo.
Emilio Ríos es periodista egresado de la Universidad Santiago de Cali y, aunque ejerció el periodismo en medios nacionales y regionales como El País y Quiubo, encontró en las redes sociales su campo de acción, el espacio donde servir a los demás es su mejor aliciente.
Desde hace ya ocho años viajó a los Estados Unidos, nunca bajo la premisa de cumel famoso “sueño americano” y afirma con entereza que no se ha vuelto consumista y, por el contrario, halló en tierras extranjeras la vocación de servicio a la gente.
DATO: Hacer empanadas y jugar voleibol son las dos maneras de vencer el estrés y el cansancio diario.
Afirma no recordar cuántos gatos y perros ha logrado rescatar o dar en adopción solo con un anuncio en su perfil o grupo de Facebook, el mismo que usa para buscar documentos perdidos, medicamentos, citas médicas o dar a conocer los hechos judiciales que se registran, las misas por los difuntos, saludos de cumpleaños o compraventa de artículos.
El lado místico
Ríos, quien es un amante del deporte y de manera especial el voleibol, disciplina donde se le reconoce la pegada y su capacidad para clavar los balones en las mallas contrarias, tiene el don de sentir y percibir la presencia de espíritus.
Justamente recuerda que su primera experiencia la vivió cuando tenía sus años de edad.
“Ese día estaba llorando sobre la cama de un cuarto en mi casa y de repente ví un reflejo que venía de la ventana que daba la calle y ví el rostro de un hombre con barba y que tenía un corazón latiendo y alrededor espinas. Luego supe que era Jesús”, recuerda el protagonista de esta historia, quien por su-puesto enfrentó la incrudulidad de sus familiares, incredulidad que con el pasar de los años ha logrado vencer.
“En una ocasión estaba en una fiesta, era la primera vez que iba a esa casa y haciendo fila para la comida le dije a una amiga que estaba a mi lado: Lady, siento la presencia de un hombre armado, allá atrás en el bosque.
La casa tenía un patio enorme que limitaba con muchos árboles. Ella se quedó mirándome como diciéndome ¿queeee?. Regresamos a la mesa donde estábamos y la dueña de la casa empezó a comentar que hacía 2 meses, su vecino, un americano blanco racista, se había suicidado y que merodeaba por el bosque donde yo sentí la presencia”, comenta Ríos.
Un hobby extraño
Además del voleibol, Emilio Ríos, dice que la manera predilecta para vencer el estrés y el cansancio es hacer empanadas. “Amo hacerlas, desde moler el maíz a máquina y prepararlas. Así que si alguien me invita a ayudarle a hacerlas, yo seré feliz”, dice en medio de risas.
Asegura que en Casa de San Pedro encontró el sentido de su vida.
“Cada vez que ayudo a alguien siento la presencia de Dios. Es un calorcito en el corazón, un gozo enorme. Ese gozo no cambia a veces cuando las malas energías te llegan, como hace muchos años cuando un sicario me escribió y me reclamó que porque había mencionado su alias en una captura”, comenta.
Eso quiere decir que este trabajo desde las redes sociales ha sido de altas y bajas.
“Una vez una mamá me contactó, una madre angustiada, porque no le remitían a su hijo a otro hospital y gracias a Dios a la media hora de publicar, remitieron al recién nacido. De alguna forma, ayudé a salvar una vida”, recuerda.
Por estos días trabaja en la realización de un reallity, según él, nunca antes visto en Colombia.
“Si me apoya la alcaldía del Municipio y empresas como Grajales vamos a ser un hit en Colombia y el mundo”, precisa.