Desde el movimiento afroestadounidense “Black lives matter” de hace dos años el tema racial no retumbaba en el país hasta que apareció telúricamente la figura de la líder social Francia Márquez, que ha hecho resaltar el racismo estructural que se sigue padeciendo, junto a la xenofobia y la aporofobia, y que muestra la verdadera faz de aquella “gente de bien” que apoya furibundamente al uribismo y que por ende votará por su candidato Fico.
Francia arribó para decir las verdades que incomodan al establecimiento, así no sean oportunas, como aquella de que César Gaviria es sinónimo del neoliberalismo que solidificó las brechas de desigualdad que sumen a gran parte de la población en la miseria.
Y a manera de efecto búmeran, cuando se creía que se radicalizaría la campaña del Pacto Histórico y le cerraría oportunidades de crecer electoralmente hacia afuera, lo que ha sucedido es que mucha gente, especialmente mujeres urbanas y comunidades afrodescendientes (el blackpower!) han decidido apostarle a Petro por el mero hecho de llevar en su fórmula vicepresidencial a Márquez, compensando en parte lo perdido por la corrida del gamonal Gaviria siempre que éste deje en libertad a su partido político para presidenciales.
E iremos viendo que a medida que crezcan los inevitables y naturalizados ataques racistas contra Francia, más crecerá el apoyo consciente a quien es percibida como, y de hecho lo es, una persona común y corriente: madre desde joven, campesina, empleada doméstica, desplazada, líder comunal y raizal, abogada a pulso, sin riquezas, y con la gran ventaja de no haber pertenecido a alguna casa politiquera, por lo que no se encuentra contaminada por el sistema corrupto que ha manejado el Estado como le ha venido en gana. Además, por supuesto, de haber sido galardonada con el premio símil al nobel en materia medio ambiental mundial.
No solo estamos ad portas de presenciar la llegada del primer presidente alternativo en la historia nacional, sino de ver a una paisana venida desde abajo y representante de “los nadies” en la vicepresidencia. Falta, claro está, mucho trabajo de acá a mayo para que se pueda ver este escenario.