El grado de polarización que vive hoy el país, a menos de sesenta días de las elecciones presidenciales, se siente ahora más que nunca en todos los ámbitos y de manera especial en las redes sociales, pues ya no se escapan ni siquiera los teléfonos personales, porque a través de ellos hay un bombardeo incesante de mensajes a través de los grupos de WhatsApp, estados y hasta mensajes personalizados donde los simpatizantes de los diferentes aspirantes a llegar a la Casa de Nariño tratan de persuadir e informar sobre las bondades de sus respaldados.
En mi caso particular les cuento que un ciudadano X (le digo así porque nunca se identificó) se consiguió mi numero personal con la finalidad de criticar sin tapujos mi postura dada a conocer en mi anterior columna, donde abiertamente di a conocer mi preferencia y la necesidad de salirnos de los extremos optando por una aspiración de centro que nos permita edificar un país capaz de reconocerse desde las diferencias.
El señor de quien comento, para usar un término de los muchachos de hoy, estaba bien “enchuquizado” y además de llamarme periodista tibio, ignorante, entre otras palabras, concluyó diciéndome que el único camino para salvar a Colombia eran las propuestas del candidato que lleva las banderas del Pacto Histórico.
Aunque el ciudadano de marras tras la diatriba frente a mi postura política se eliminó y bloqueó el contacto, debo decirle que me encanta que me haya leído, que se haya tomado la molestia de buscar mi número, escribirme y hasta controvertirme y solo le puedo decir que en el único Mesías en el que creo es en Jesús de Nazaret, pues soy un convencido que ninguno de los aspirantes presidenciales que están hoy en carrera tiene la varita mágica para salvar al país de la debacle en la que se encuentra sumido.
Así mismo le reitero mi postura que lo más conveniente es salirnos de los extremos enfermizos y darnos la posibilidad de soñarnos una Colombia mejor. Si eso es ser “tibio” lo soy con suma alegría y fe en que sí se puede lograr un cambio en la amada patria colombiana.