De acuerdo con Rodríguez, la idea es darle un nuevo aire a este programa y lograr brindarle a la comunidad una sensación de seguridad.
“Para poner en marcha el programa creamos un comité de vigilancia y contratamos los vigilantes que recibieron nueva indumentaria, radios de comunicación, ajustamos las bicicletas, en pocas palabras le devolvimos la dignidad”, precisó.
Uno de los aspectos que llaman la atención tiene que ver con la adecuación de los turnos de 8 horas, tal como opera el servicio de policía.
“Algunos tenían turnos de 12 o más horas y eso era una limitante para la labor que venían prestando”, indicó Rodríguez.
Compromiso de los vecinos
También se destaca en este proceso el papel de los moradores del barrio, quienes aportaron para la indumentaria y se han comprometido con el pago para las personas que estarán 24 horas velando por la tranquilidad de los diferentes sectores.
A la par de ese trabajo estamos gestionando con la alcaldía, a través de la Secretaría de Gobierno, la capacitación como otrora se hacía con el concurso de la Escuela de Policía Simón Bolívar.
DATO: El programa de Vigilancia Comunitaria tuvo sus inicios en el año 2000 en el barrio Prados del Norte.
“Le estamos apuntando a la integralidad del ser humano y que los vigilantes se sientan respaldados en su trabajo comunitario y social y si el plan piloto funciona lo llevaremos a otros barrios”, puntualizó.