Tarazona agradeció a “todos los colombianos y a todas las personas que nos han acompañado en los distintos lugares del mundo durante estos dos largos y difíciles meses”, así como a los médicos, encabezados por el doctor Hakim, y al personal de enfermería de la Fundación Santa Fe, quienes “lucharon a la altura de Miguel” por salvarle la vida tras el atentado del pasado 7 de junio en Modelia, Bogotá.
Visiblemente conmovida, resaltó que su esposo fue “un hombre maravilloso” tanto en el ámbito familiar como para el país, recordando su amor por la música, el ajedrez y su dedicación a sus hijos. “Soñaba con la paz y la unión de Colombia, un país donde ningún niño repitiera la historia que hoy su hijo está repitiendo”, expresó.
En su intervención, lanzó un mensaje contundente contra la violencia: “Romper una familia es el acto de violencia más horrible que se pueda cometer jamás”. Pidió que, para honrar la memoria de Miguel, “sólo debe haber amor en nuestros corazones” y rechazó “cualquier acto de violencia o cualquier acto de venganza por la muerte de Miguel”.
Asimismo, hizo un llamado a fortalecer la justicia para garantizar que “los seres humanos respondan por sus actos hacia un país justo… No sólo por Miguel, sino por una Colombia entera que merece vivir en paz”.
Cerró su discurso con las palabras que, según ella, resumen el legado de Uribe Turbay: “En los corazones de quienes amamos a Miguel… sólo debe haber unión, paz y amor”.