En lugar de mantener los señalamientos de concierto para delinquir, como se había anunciado inicialmente, la Fiscalía ahora lo acusa de presuntas irregularidades en dos contratos, lo que difiere considerablemente de las graves acusaciones iniciales.
En diálogo exclusivo con SEMANA, Gómez Aguirre, quien estuvo ocho meses privado de su libertad, aseguró que el escándalo en torno a su captura fue parte de una estrategia de desinformación. Según lo expresado, lo dejaron como el rostro de una trama violenta, con supuestas alianzas con criminales y amenazas de muerte, pero, tras el análisis de las pruebas, lo único que ha quedado es un “escuálido escrito de acusación” sobre un par de contratos.
El exalcalde denunció que esta situación fue utilizada como parte de una campaña política para desacreditarlo. “Una forma de hacer campaña es crear caos y miedo. El actual alcalde, en lugar de gobernar, usa el temor de las bandas para ganar votos, lo que le ha funcionado en dos ocasiones. Y uno de los métodos es marcar a cualquier opositor y utilizar la banda criminal para victimizarse”, explicó.
Gómez Aguirre también aseguró que su proceso judicial es parte de una estrategia orquestada por su sucesor en la alcaldía, apoyado por un grupo político que siembra el miedo entre los ciudadanos y funcionarios. Asegura que las grabaciones utilizadas en su contra no son de su administración, sino de personas vinculadas a la campaña de su sucesor, un exfuncionario de su propio gabinete.
Durante los meses que pasó en prisión, Gómez Aguirre afirmó haber recolectado pruebas que demuestran que su captura fue un complot para desacreditarlo y apartarlo del camino político. Asegura que, a medida que el juicio avance, la Fiscalía no podrá sostener las acusaciones que inicialmente apuntaban a vínculos con la banda criminal, y que la investigación terminará demostrando que los señalamientos son infundados.
El exalcalde, quien ahora vive entre varias ciudades y continúa siendo amenazado por la misma banda criminal que supuestamente apoyó, expresó su confianza en que la justicia finalmente dará un fallo a su favor. “Logramos encarcelar a los líderes de las bandas, trasladarlos y desarticular gran parte de su estructura. En una semana, trasladamos a 197 personas a otras cárceles”, destacó Gómez Aguirre, defendiendo su gestión en la lucha contra la delincuencia.
Con un futuro incierto y en medio de fuertes acusaciones, Gómez Aguirre insiste en que el proceso judicial en su contra es una operación de desprestigio orquestada por sus opositores políticos. Sin embargo, se mantiene optimista y asegura que las pruebas demostrarán su inocencia en un juicio que, según él, pondrá fin a lo que considera una trama de difamación en su contra.