En la operación participan cerca de 4.000 marines, desplegados en el mar Caribe como parte de la estrategia de la administración de Donald Trump contra el narcotráfico en América Latina.
Los destructores USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson fueron identificados como las naves que encabezan esta misión. De acuerdo con funcionarios de Washington consultados bajo reserva, estos activos no solo cumplen funciones de inteligencia y vigilancia, sino que también podrían ser usados como plataforma para ataques selectivos si la Casa Blanca así lo ordena.
La ofensiva se da luego de que el Gobierno estadounidense señalara a Nicolás Maduro como jefe del llamado Cartel de los Soles y elevara a 50 millones de dólares la recompensa por información que permita su captura.
La respuesta de Maduro: “fusiles y misiles para defender la patria”
Desde Caracas, el mandatario venezolano reaccionó al despliegue militar con un anuncio: la activación de 4,5 millones de milicianos en todo el país. Aseguró que tanto la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) como la Milicia están listas para garantizar la soberanía nacional frente a lo que catalogó como “amenazas estrafalarias” de Estados Unidos.
“Con este plan especial vamos a cubrir todo el territorio nacional con milicias preparadas, activadas y armadas”, dijo Maduro en un acto televisado. Añadió que los primeros en respaldarlo fueron los militares, “salieron adelante con fusiles, misiles, tanques y aviones para defender la patria”.
El presidente también llamó a conformar milicias campesinas y obreras en fábricas y comunidades:
“¡Fusiles y misiles para la fuerza campesina! Misiles y fusiles para la clase obrera, para que defienda nuestra patria”, enfatizó.
Aunque evitó referirse directamente a la recompensa ofrecida por Estados Unidos, Maduro calificó la operación en el Caribe como un “refrito podrido” y agradeció las muestras de apoyo internacional frente a lo que considera un intento de desestabilización.