En medio de la encrucijada y de los retos que afronta la seguridad en la región, especialmente en el centro y norte del departamento, se inauguró en Buga la que será la nueva sede del Departamento de Policía en el Valle del Cauca.
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Con ‘bombos y platillos’ se realizó este evento el pasado martes 25 de febrero, que estuvo encabezado por la gobernadora Dilian Francisca Toro y la inspectora General de la Policía, brigadier general Olga Patricia Salazar Sánchez.
Allí, además, como uno de los actos principales de la jornada, se hizo la transmisión de mando.
Por primera vez en los 89 años de historia del Departamento de Policía Valle, una mujer será la que esté al frente, dando las órdenes y bajo su responsabilidad los lineamientos de la seguridad en los 37 municipios que están bajo su jurisdicción.
¿Quién es?
Se trata de la coronel Sandra Liliana Rodríguez Castro, que tiene más de 30 años de servicio en la institución. Oriunda del municipio de Chiquinquirá, donde nació en 1975.
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En su recorrido por la fuerza pública ha ocupado distintos cargos, entre ellos, comandante de la Policía Metropolitana de Ibagué; subdirectora de la Dirección de Educación Policial; comandante del servicio de transporte masivo de Bogotá, entre otros cargos.
Retos
El Valle del Cauca, especialmente el centro y norte del departamento, en este momento afronta diversas situaciones que podrían tener en jaque el tema de la seguridad.
Por ejemplo, en la zona montañosa de municipios de Riofrío, Bolívar y Trujillo, el orden público ha estado caldeado principalmente por la racha de homicidios que ha sacudido diversos sectores de las dos últimas localidades. A ello se suman los atentados terroristas de los que fueron objeto los corregimientos de Fenicia y Salónica, la mañana del miércoles 29 de enero. En ese corredor hay presencia de grupos delictivos que se estarían disputando la zona, ELN, Clan del Golfo y se habla de la llegada de una facción de disidencias de las Farc.
Al mismo tiempo, en el norte del departamento, la ola de crímenes de atentados sicariales se mantiene en municipios como Cartago, Zarzal y Obando. Sin embargo, las autoridades han asestado sendos golpes a estructuras que delinquen en esa región, como Los Flacos y Nueva Generación.
La situación en el centro del departamento es similar al norte del Valle. Los operativos se mantienen pero hay retos enormes, como el flagelo de la extorsión que sigue golpeando a ciertos sectores de la economía en la región.
Por lo pronto, en Buga, la denominada operación ‘Anahí’ ha dado resultados inmediatos, al menos en cuanto a la disminución de ataques sicariales, pues casi que en el primer mes del año 15 personas fueron asesinadas en ese territorio.