Solo en Tuluá se calcula que más de un millar de personas viven de la noche y están parados desde el 21 de marzo cuando se decretó el primer toque de queda por parte de la gobernadora Clara Luz Roldán.
“Es un buen gesto que agradecemos en este momento de dificultad”, dijo uno de los bene-ficiarios con la ayuda.