Hace dos años atrás los tulueños asistieron emocionados al acto de reapertura del Parque Batalla de Boyacá y recibieron un espacio renovado, con calles limpias, jardines florecidos y con las vendedoras de tinto organizadas, las trabajadoras sexuales reubicadas y los murales recién pintados.
Esa imagen de una plaza de la gente y para la gente se conservó durante varios meses logrando el objetivo de hacer sentir orgullosos a los tulueños.
De un tiempo para aca, el interés por conservarla se ha venido a menos y hoy se observa basura en el piso, bicicletas y ventas ambulantes por doquier y, como se observa en la gráfica enviada por uno de nuestros lectores, reapareció el mercado de ropa y todo tipo de elementos de segunda.
No se puede bajar la guardia y desde ya tomar las acciones correctivas a que haya lugar, pues el parque es la cara amable de quienes llegan a la ciudad y la quieren conocer y recorrer. Ojo que la inversión no se vaya a perder.