Vivimos en un país inmensamente diverso en el que podemos encontrar muchos distintivos a tan solo unos kilómetros de distancia, las cosas que nos caracterizan como colombianos no se reducen a una bandera, un territorio o una nacionalidad, es mucho más que eso y conocerlo es necesario, porque llegará el día en el que viajemos al extranjero sin saber dónde vivimos. Tuve la fortuna de haber contado con dos grandes maestros, Margarita Arana y Jaider Moná, quienes me enseñaron a amar mi país, en especial a través de la danza, además me ayudaron a comprender con práctica y teoría, que el folclor no es solo un conjunto de bailes típicos o una variedad de ritmos colombianos, no sería correcto limitarlo a eso; el folclor define a cada rincón de este hermoso país, desde Punta Gallinas hasta Leticia, cada pequeña parte de nuestras costumbres, tradiciones y creencias, de las cuales se derivan nuestros platos típicos, música, arte, cultura, festividades, mitos, dialectos e idioma es lo que realmente compone a Colombia, quedándome corta al mencionarlo. Conocer de dónde venimos es esencial, pues es lo que nos guía, el folclor es la forma en que nuestras raíces se manifiestan aún en la diaria innovación que transforma nuestro estilo de vida, e incluso, nuestra cultura. Nuestro país es una hermosa herencia de tres etnias que ha pasado por nuestras manos, de generación en generación, en palabras de mi amada maestra Margarita, vivimos en uno de los países más lindos del mundo, hemos nacido y crecido en una tierra merecedora de amor y orgullo, llena de personas maravillosas y paisajes inimaginables, amemos a nuestro país por lo que es y sintámonos orgullosos de ser colombianos. Porque lo tradicional no es anticuado ni algo que se olvide con facilidad, es lo que llevamos por dentro, es nuestro folclor.