El primer mes del paro nacional en el Valle del Cauca terminó con uno de los hechos más impactantes de estos 30 días: la muerte de cuatro personas este viernes y el pasado miércoles con el incendio del Palacio de Justicia, en Tuluá, el denominado ‘Corazón del Valle del Cauca’, por su ubicación en todo el centro del departamento.
El pasado 25 de mayo, las llamas no solamente devoraron una edificación de valor patrimonial, sino dejaron en cenizas expedientes judiciales de connotación, como son muchos de los que se manejan en esta población de cerca de 230.000 habitantes, donde históricamente ha habido narcotráfico, bandas criminales, guerrilla, delincuencia común, entre otros.
Desde el 28 de abril pasado, Cali y el Valle del Cauca, han sido el epicentro de la furia de los vándalos que se camuflan entre los manifestantes en el país. Detrás de los hechos de violencia en este departamento, según el ministro de Defensa, Diego Molano, también están peligrosos integrantes de organizaciones delincuenciales y disidencias de las Farc.
Fichas de esos grupos son quienes, además, según las autoridades, han estado en los graves disturbios en Buenaventura, que pusieron en jaque la operación del principal puerto del país, a donde llega el 55 por ciento de las importaciones de materia prima para las empresas y producto terminado con destino al comercio.
La gobernadora del Valle del Cauca, Clara Luz Roldán, ha afirmado que “el paro nacional ya lleva un mes y si la pandemia nos frenó, los bloqueos nos están matando. Hemos dispuesto todas las alternativas para hallar soluciones pacíficas y seguiremos”.
La Cámara de Comercio de Cali estima que en el Valle del Cauca se están perdiendo unos 100 mil millones de pesos diarios por cuenta del paro nacional y se suman las afectaciones en este departamento con los del Cauca, las pérdidas en estos 30 días superan los 4 billones de pesos, el 4 % del PIB del Valle del Cauca.
Buena parte de esos recursos dejan de circular por los bloqueos, que tienen asfixiado al departamento, situación que repercute en todo el país, ya que el Valle es un gran productor de alimentos, medicamentos y productos de aseo y del hogar, entre otros.
Los bloqueos han tenido sitiado al Valle en municipios claves: Yumbo, el municipio industrial; Jamundí, en el sur del departamento y limítrofe con el suroccidente del país; Buga, Tuluá y Buenaventura. Pero también persisten taponamientos en otros municipios.
Este jueves, en el sector de San Pedro, entre los municipios de Buga y Tuluá, se mantienen los bloqueos pero hay un corredor humanitario, por el que, durante las 24 horas del día, puede transitar el personal de la salud, vehículos con alimentos, de emergencias y camiones de basura. El resto de conductores debe esperar cerca de cuatro horas para que los manifestantes habiliten el paso.
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Los disturbios en el Valle del Cauca dejan ocho muertos, incluido un policía, según el reporte de las autoridades. Sin embargo, Indepaz asevera que en Cali ha habido 30 muertos, cinco en Tuluá, cuatro en Yumbo y uno en Candelaria.
Son más de 650 lesionados, entre ellos unos 200 policías.Pérdidas por $ 4 billones
El director ejecutivo del Comité Intergremial y Empresarial del Valle del Cauca, Edwin Maldonado, lamentó la situación generada por los bloqueos, que aunque se han levantado en buena parte, “no tenemos un tráfico fluido hacia el Cauca y Nariño, no estamos bien conectados y por los corredores humanitarios no está entrando y saliendo la suficiente carga que se requiere en estas zonas. Solo hacia el interior del país a través de las caravanas con acompañamiento de la Policía se ha podido mover más carga, tanto de ida y vuelta”.
No estamos bien conectados y por los corredores humanitarios no está entrando y saliendo la suficiente carga que se requiere en estas zonas.
Sin embargo, la situación de Buenaventura es la más preocupante para el líder gremial. En el puerto hay represados alimentos, especialmente. Además, las empresas micro, pequeñas, medianas y grandes del suroccidente colombiano que exportan por el puerto están perdiendo negocios cada día.
En cuanto a empleos, el paro ha ocasionado en un mes el mismo impacto de la pandemia del covid-19. En el paro se han perdido 200 mil empleos y en el último año se perdieron 300 mil debido a las cuarentenas durante la emergencia sanitaria.
A este panorama se suma el cierre de los ingenios azucareros del Valle del Cauca hace 10 días, debido a los bloqueos de las vías. Según Asocaña, “las afectaciones ascienden a los 400 mil millones de pesos. Esto se da por el cese de la producción de los 13 ingenios azucareros, más de 2 mil hectáreas de caña quemadas, 14 millones de litros de etanol y más de 115 mil toneladas de azúcar que no se produjeron, de las cuales 40 mil toneladas de azúcar eran para exportación y el resto para satisfacer la demanda nacional”.
Tomado de: EL TIEMPO