El escultor Jorge Mario Restrepo, fue el encargado de darle vida al monumento que desde el pasado sábado se encuentra exhibido en la Calle Real y que se convierte en el símbolo de identidad para las presentes y futuras generaciones en esta región.
La instalación de la obra, que ha sido reconocida por propios y visitantes, fue liderada por la Oficina Asesora de Planeación, sector Turismo, y la Secretaría de Tránsito e Infraestructura de la población. «Nuestra calle semipeatonal La Real porta con orgullo un nuevo monumento icónico: el Jeep Willys, símbolo de nuestras raíces, de la fuerza del campo y de la tradición transportadora de Sevilla», dijo el alcalde Manuel Felipe Quintero.
Un poco de historia
Si bien es cierto los sevillanos resaltan la importancia de este vehículo asociado a la ruralidad colombiana, pocos son los que saben que el pequeño automotor con tracción en sus cuatro ruedas, tiene orígenes bélicos, pues fue construido por petición del gobierno estadounidense y fue desarrollado y fabricado por la empresa estadounidense Willys-Overland Motors. Se destaca que su diseño no estaba basado en ninguna otra clase de vehículo, y se hizo con la finalidad de trasladar los soldados por el frente de batalla, sobre cualquier tipo de terreno.
Llegó a Colombia
De acuerdo con los puntos históricos existentes, el emblemático automotor conocido como yipao, llegó a Colombia en 1946, y desde entonces se convirtió en la mano derecha de los cafeteros de la región, por su facilidad para movilizarse por las trochas cargando 600 kilos o incluso más.
Se hizo tan famoso en Colombia, que en los años 90 se empezó a producir dentro del país el Willys de Colombia, cuyas partes eran fabricadas por la Ensambladora Nacional de Willys, fábrica que fue creada por los empresarios José Oscar Giraldo y Lorenzo Jaramillo, quienes muy astutamente se aprovecharon de que, sorpresiva-mente, la marca nunca estuvo registrada en ninguna parte del mundo.