Los propietarios de estos vehículos no tuvieron ningún problema para estacionarlos sobre el andén, obligando a los peatones a bajarse a la vía.
Esta grave ocupación del espacio público se registra, dicen los habitantes de la calle 22 con carrera 32 del barrio Céspedes, de manera constante y ante la mirada pasiva de las autoridades competentes.
Ya es hora que se tomen cartas en el asunto frente a este y otros casos donde la suerte de los transeúntes poco o nada importa. Cabe recordar que el Código Nacional de Tránsito fija multas elevadas para los infractores.