El autor y gestor del proyecto, Ángel Eduardo Bernal Esquivel, ha indicado en reiteradas ocasiones que el museo que se levanta sobre un espacio público es de su propiedad y por tanto cualquier intervención que se haga deberá tener su aval y supervisión.
Incluso, se dice que la restauración de la totalidad de las obras demandará una suma que resulta astronómica e imposible de asumir.
En días pasados, el propio Bernal Esquivel le dijo a EL TABLOIDE que si el municipio quería desmontar las obras, estaría dispuesto, pero no hizo precisión cuánto le costaría ese proceso al ente territorial.
Consultado sobre el particular, el alcalde John Jairo Gómez Aguirre aseguró que la intención siempre ha sido la recuperación de esta zona que ahora hace parte de la llamada Alameda del Río, pero la salvaguarda legal con la que se suscribió el convenio limita el accionar.
Lo único cierto es que los tulueños de manera reiterada y a instancias de EL TABLOIDE han solicitado una intervención en este espacio que está lejos de parecerse al que se concibió hace más de 20 años, cuando se inauguró con bombos y platillos.
“Antes que mostrar una cara bonita de esta zona del río, se afea, pues las pinturas ya se acabaron y la lámina, como es natural, ya se deterioró”, dice uno de los quejosos ciudadanos que solicitó la intervención.