Hace cuatro años, cuando EL TABLOIDE la visitó en su pequeño taller, Bella Katerine Piedrahíta Hernández dijo que su gran sueño era ver algunas de sus obras colgadas en las galerías del mundo. Ese sueño empieza a ser realidad por estos días cuando se alista para viajar a Italia, donde expondrá en la Bienal de Arte Contemporáneo de Salerno, una de las más importantes de Europa.
Para la artista que nació en Cartago, pero está radicada en Zarzal hace ya 20 años, la noticia que recibió la estaba esperando desde hace algún tiempo, pero le llega en un momento preciso cuando sus manos y mente alcanzan la madurez que todo artista busca.
Para esta vallecau-cana que tiene el arte como pasión y razón para vivir, el tener la posibilidad de estar en una Bienal, donde será la única llevando la bandera de Colombia, significa una gran responsabilidad y espera que sea el punto de quiebre para llevar su carrera a otro nivel.
Como se define
«Mi obra refleja una conexión profunda con la sensibilidad humana y la naturaleza, fusionando técnicas como el óleo, el acrílico y el carboncillo para crear composiciones llenas de fuerza y armonía», dice la artista al hacer referencia a lo que transmiten sus trabajos.
“Cada trazo que realizo es una forma de contar historias, de transmitir sentimientos y de mostrar la belleza que existe en lo cotidiano. Como artista, busco inspirar, provocar reflexión y dejar una huella emocional en quienes contemplan mis obras. Pinto con el corazón y con la convicción de que el arte tiene el poder de transformar y conectar almas», agrega la pintora, quien es madre de un niño de 10 años que ya sigue sus pasos y asiste a los talleres que ofrecen en su academia.
Las obras seleccionadas
A la Bienal de Arte Contemporáneo de Salerno, Bella Katerine puso a consideración de los críticos varias de sus obras, y estos se inclinaron por la Mirada Silenciosa de un leopardo con ojos esmeralda pintado en lienzo sobre betún, y por Frida Kahlo, la artista mexicana con la que siente una conexión especial y a la que pintó con la misma técnica del jaguar.
Lo que la inspira
Además de su hijo Miguel Ángel, que es su polo a tierra, la cartagüeña con corazón zarzaleño dice que su mayor influencia sigue siendo Frida con la que se identifica por su manera de ver la vida y el maestro Botero, el artista paisa que creó su propio estilo.
“Soy una pintora que transforma las emociones en color, las vivencias en trazos y los silencios en arte. En cada obra dejo mi esencia, una mezcla de fuerza, sensibilidad y pasión que nace del alma y se plasma sobre el lienzo.
El óleo, el acrílico y el carboncillo son mis lenguajes; con ellos construyo mundos donde la luz, la piel y la mirada se encuentran con la emoción pura. Pinto porque el arte es mi manera de existir, de sanar, de gritar sin palabras y de dejar huellas que hablen por mí», afirma la artista que expondrá en Italia entre el 18 de octubre y el 2 de noviembre del año en curso.