Fiel a su estilo austero, el pontífice eligió como lugar de descanso final la Capilla Paolina, frente al antiguo icono mariano de la ‘Salus Populi Romani’, y no la tradicional cripta de San Pedro del Vaticano donde reposan la mayoría de sus predecesores. El sepulcro, que ha sido cubierto por una valla de madera mientras se ultiman los detalles, estará señalado únicamente con una lápida de mármol blanco en el suelo con la inscripción Franciscus, y una reproducción de su cruz pectoral en la pared.
El Vaticano difundió este jueves la primera imagen oficial del sepulcro, resaltando su sencillez y simbolismo. Según el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, la zona ha sido acordonada durante los trabajos para evitar aglomeraciones, aunque ya decenas de personas se han acercado a observar desde lejos el sitio donde será enterrado el pontífice.
El papa Francisco falleció el pasado lunes 21 de abril a causa de un ictus y otras complicaciones derivadas de sus problemas respiratorios. Tenía 88 años. Su cuerpo ha sido expuesto desde el martes en la basílica de San Pedro, donde miles de fieles han podido darle el último adiós, incluso durante la noche.
El funeral se celebrará el sábado 26 de abril por la mañana y contará con la presencia de líderes y autoridades de todo el mundo, incluido el expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Luego, el cortejo fúnebre recorrerá las calles de Roma hasta la basílica de Santa María La Mayor para su sepultura definitiva.
Francisco visitaba con frecuencia este templo mariano desde antes de su elección en 2013, y durante su pontificado lo hizo siempre antes y después de sus viajes apostólicos. En su testamento, dejó clara su voluntad de ser enterrado “en la tierra, de forma simple, sin un decoro particular”. Los costos de su sepultura serán asumidos por un benefactor anónimo.