El 11 de octubre se conmemoró el día internacional de la niña y el 25 de noviembre se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Ambos días pensados en visibilizar y reflexionar sobre la violencia de género que sigue siendo una de las violaciones de derechos humanos más constante y normalizada.
Estos días buscan visibilizar la falta de acceso a la educación, la violencia y el matrimonio infantil, que en nuestro país fue eliminado del Código Civil a través de la Ley 2447 de 2025 que prohíbe el matrimonio y las uniones maritales de hecho con o entre menores de edad.
El último Censo Nacional de Población y Vivienda – CNPV (2018), reveló que “cerca de 340.083 niñas y adolescentes estaban o habían estado alguna vez casadas o unidas (1,8% de las niñas de 10 a 14 años y 15% de las adolescentes de 15 a 19 años). A nivel mundial, Colombia ocupa el puesto 20 con respecto al número de niñas casadas o en unión antes de cumplir los 15 años y en América Latina ocupa el puesto 11 en adolescentes unidas antes de cumplir los 18 años.”
Fomentar la educación, el liderazgo y la participación de las niñas en la sociedad es vital para reducir los problemas de violencia doméstica, el acoso y la explotación sexual; que podamos tomar decisiones informadas, ejercer y hacer valer nuestros derechos; concienciar y educar a la sociedad sobre la importancia de la igualdad de género, promover la justicia, la reparación y el empoderamiento de las mujeres y niñas son algunas de las tareas que debemos seguir haciendo todos como agendes de cambio.
¿De qué nos sirve la conmemoración de estos días si continúan los actos violentos contra nosotras? Es importante que niñas y mujeres sigamos denunciando y reivindicando nuestro lugar en el mundo, pero son los agresores quienes deben sensibilizarse frente al tema, pues tienen una mamá o una abuela, una hija o hermana, una prima o amiga que merece ser tratada con respeto para que pueda dignificar su rol en la historia.









