Ese artero colofón con el que suelen terminar los decretos las autoridades con poder y mando como los alcaldes y gobernadores, este “Comuníquese y Cúmplase” es solo una frase vacía, sus contenidos se ignoran o no se aplican, la indisciplina social ayuda con ese propósito.
Así es Colombia, el reino de la desmesura y de las formas, donde el contenido se tira a la basura. Así está pasando con los decretos que sobre la prohibición de los desfiles de motos se hacen en Guadalajara de Buga desde que esto se volvió moda irresponsable, muy severos, muy jurídicos, pero inanes porque las mismas autoridades que lo expiden no los hacen cumplir, fue lo que pasó con el ampuloso DECRETO DAM-1100-140-2025 de octubre 15 de 2025, “por medio del cual se toman medidas con motivo de la celebración de la fiesta de ‘Halloween’ a realizarse el 31 de octubre de 2025 y se dictan otras disposiciones”.
Este año se pasaron de vivos los organizadores del desfile y adelantaron el mismo, salieron el jueves 30 y como vieron que no pasó nada lo repitieron el 31 como se tenía programado. Toda la retahíla del farragoso Decreto y el anuncio solemne del secretario de Gobierno no les hizo ni cosquillas a la atronadora comparsa y sus ruidosas motos que ignoraron el solemne llamado de las autoridades municipales.
No se explica el ciudadano común como la alcaldía no se prepara debidamente para enfrentar una situación que, de antemano, con tiempo suficiente, se sabe que va a ocurrir. No se entiende por qué la policía y su jefe, Karol Martínez, no diseñan estrategias correctivas para enfrentar el reto de los motociclistas, es solo un asunto de buen gobierno que hace mucho tiempo no se ve en Guadalajara de Buga.
Seguimos como en 1.542 cuando la corona española expedía sendos “decretos” llamados Leyes de Indias, prohibían la esclavitud de indígenas en la América española y los conquistadores y autoridades coloniales se mofaban de ellas, las recibían muy solemnemente, las leían y burleteramente decían “Se obedece, pero no se cumple”. Hoy, casi 500 años después, la costumbre no se pierde.










