De acuerdo con el relato de sus familiares, el pasado domingo 26 de octubre, María José salió con un grupo de amigas a celebrar un cumpleaños. Todo transcurría con normalidad hasta que dentro del establecimiento le ofrecieron participar en un reto que consistía en soportar seis rondas de tragos con la promesa de ganar un premio de millón y medio de pesos.
“Ella aceptó pensando que era algo normal, un juego como los que se hacen en esos lugares. Todo iba bien, pero cuando ya faltaban entre tres y cinco tragos empezó a sentirse mal. Lo último que alcanzó a decir fue que el último trago sabía horrible”, relató su padre con evidente angustia.
Minutos después, la joven se desplomó en plena pista de baile. Testigos aseguran que nadie del personal del sitio reaccionó de inmediato y que no había paramédicos ni ambulancias disponibles en el lugar. Fueron varios visitantes quienes, por cuenta propia, la auxiliaron y la trasladaron a una clínica cercana, donde fue ingresada de urgencia.
Desde el día de los hechos, los familiares denuncian que la discoteca no ha emitido ningún comunicado ni ha intentado establecer contacto con ellos. “No hemos recibido ni una llamada. Lo mínimo sería que respondieran por lo que pasó”, señaló el padre de la joven.
Su esposo, quien se encontraba en Estados Unidos por motivos laborales, regresó de inmediato a Cali para acompañar a su hijo menor y estar al frente de la situación médica de María José, que hasta el momento continúa en estado crítico, conectada a equipos de soporte vital y bajo estricta observación.
La familia Ardila exige que las autoridades locales tomen medidas frente a lo que describen como una práctica cada vez más frecuente en algunos bares y discotecas de la ciudad. “Estos juegos con licor se han vuelto comunes. Nadie controla lo que ofrecen ni se hacen responsables si algo sale mal. Mi hija está luchando por su vida por culpa de un reto irresponsable”, expresó el padre.
De igual manera, piden que se investigue la procedencia de las bebidas que le fueron suministradas a la joven, pues sospechan que uno de los tragos podría haber estado adulterado.
El caso ha generado indignación y preocupación entre los caleños, quienes cuestionan la falta de protocolos de emergencia y la ausencia de responsabilidad social en algunos sitios de entretenimiento nocturno.
Las autoridades locales anunciaron que se adelantarán inspecciones a los establecimientos del norte de la ciudad para verificar el cumplimiento de las normas sanitarias, de seguridad y de atención médica básica ante emergencias.
Mientras tanto, familiares y amigos de María José se aferran a la esperanza de su recuperación y hacen un llamado urgente a la conciencia colectiva: “Una noche de diversión no puede terminar en tragedia. Se necesitan controles y responsabilidad para que esto no le ocurra a otra familia”.











