Esta es la primera vez desde 2005 que el Vaticano activa el protocolo completo tras la muerte de un papa en funciones, dado que el predecesor de Francisco, Benedicto XVI, renunció en 2013.
Verificación oficial y anuncio
La muerte del papa ha sido oficialmente certificada por el camarlengo, el cardenal irlandés Kevin Farrell, quien, conforme a la tradición, visitó el cuerpo del pontífice en su capilla privada y pronunció su nombre en voz alta en un intento simbólico de despertarlo.
Una vez confirmada su muerte por el equipo médico, el camarlengo procedió a la destrucción del anillo del pescador —símbolo del poder papal— y al sellado de los apartamentos pontificios. Posteriormente, informó al Colegio de Cardenales, quienes asumirán la conducción de la Iglesia durante el período de sede vacante.
Duelo y velatorio
Con el inicio del periodo de duelo, conocido como Novendiale, se llevarán a cabo nueve días consecutivos de misas y oraciones en la Basílica de San Pedro, donde el cuerpo del papa será expuesto al público. En línea con las reformas implementadas durante su pontificado, Francisco será velado en un ataúd sencillo y sin el uso del tradicional catafalco, lo que permitirá una cercanía mayor entre los fieles y el pontífice fallecido.
Un entierro sin precedentes
Rompiendo con una tradición de siglos, el papa Francisco será enterrado fuera de los límites del Vaticano, en la basílica de Santa María la Mayor, una de sus iglesias predilectas. Junto a él reposará su rogito, un documento que resume su vida y pontificado, y que será colocado dentro de su ataúd.
Elección del nuevo pontífice
El proceso para elegir al nuevo líder de la Iglesia católica se desarrollará en el interior de la Capilla Sixtina, durante el tradicional cónclave papal, al cual solo asistirán cardenales menores de 80 años. Antes de las votaciones, los cardenales escucharán dos sermones sobre la situación actual de la Iglesia y las cualidades necesarias del nuevo papa. Una vez dentro, la capilla será sellada y permanecerá aislada del exterior hasta que se llegue a una decisión.
Cada votación será secreta y se depositará en un cáliz sobre el altar. Se requerirá una mayoría de dos tercios para que un candidato sea proclamado papa. Finalizada cada ronda, las papeletas se quemarán, generando humo: negro si no hubo elección, blanco si se ha elegido al nuevo pontífice.
Habemus papam
Una vez alcanzado el consenso, el nuevo papa aceptará el cargo, elegirá su nombre pontificio y se vestirá con la sotana blanca. Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el anuncio al mundo se hará con la tradicional frase latina “Habemus papam”, seguida de la primera bendición del nuevo líder espiritual para los fieles congregados en la plaza y para toda la Iglesia católica.
Con este acontecimiento, el mundo católico inicia un nuevo capítulo histórico, marcado por la reflexión, la renovación espiritual y la expectativa sobre quién guiará a los más de 1.300 millones de fieles que conforman la Iglesia.