Este domingo la democracia les permite a los colombianos reavivar el fuego del trabajo social con la elección de los nuevos dignatarios de las Juntas de Acción Comunal, organismos que nacieron en el gobierno de Alberto Lleras Camargo a través de la ley 19 de 1958 y que desde entonces se convirtieron en los dinamizadores del progreso de ciudades enteras.
En esencia, la idea de la norma expedida en ese periodo de gobierno liberal buscaba retomar y darle vida a las prácticas indígenas y comunitarias de ayuda mutua, cuando las mingas, el convite, la mano vuelta, generaban acciones para beneficio común en los espacios públicos, e incluso en bienes privados y de manera especial cuando uno de los habitantes sufría alguna calamidad.
De la mano de la Acción Comunal se abrieron vías, construyeron escuelas, pavimentaron calles, arreglaron puestos y a punta de las empanadas bailables se transformaron sectores en medio de una convivencia que resultaba maravillosa.
Tristemente ese liderazgo de base comunitario no resistió los embates de la modernidad y hoy las Juntas de Acción son figuras decorativas, con dirigentes que en una alta proporción se dejaron permear por la politiquería (no de la política que es buena aliada) renunciando al bien colectivo para centrarse en el beneficio propio o el de un grupo cerrado de amigos dejando de lado el colectivo como razón de ser. De la noche a la mañana las Juntas de Acción Comunal dejaron de ser esos entes proactivos, propositivos y cayeron en una actitud pasiva dejando o esperando a que “papá gobierno” lo haga todo.
Desde esta tribuna de opinión invito a los lectores para que nos salgamos de esa zona de confort y participemos como aspirantes o integrantes de la asamblea como máximo rector de la Acción Comunal y volvamos a tener barrios como otrora donde se cumplía el lema de los tres mosqueteros: “uno para todos y todos para uno”.
PD. Mi admiración y respeto para doña Nilsa López de Espejo. El premio otorgado esta semana, es un reconocimiento a su lucha diaria por convertir a EL TABLOIDE en la Imagen del Periodismo Regional.