La educación cumple un papel esencial en el progreso de las naciones.
Infortunadamente ésta, en algunos entornos, se ha reducido a transmisión de información, ordenamiento de conocimientos, memorización de contenidos …El valor de estas nociones en los procesos de enseñanza y aprendizaje es importante, pero es menester también abordar con mayor rigor el concepto de educación.
Piaget dijo que la meta central de la educación es crear hombres capaces de hacer cosas nuevas, no solo de repetir lo que otras generaciones han hecho, hombres que sean creativos, inventores y descubridores. La segunda meta de la educación es la de formar mentes críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece.
Dar cuenta cabal de esta concepción piagetiana, requiere implementar procesos como pensamiento crítico, solución de problemas, lectura critica, formulación de hipótesis…Estos habilitarán la ruta para una educación integral, acorde con las exigencias del mundo actual, y además permitirán escalar posiciones en el ranking de las pruebas PISA, que en su última edición ubicó a Colombia en el puesto 64 entre 81 países, con un rendimiento por debajo del promedio de la OCDE; estos resultados revelan una disminución en los puntajes en lectura, ciencias y matemáticas, con respecto a la edición anterior.
Julián de Zubiría, distinguido pedagogo y director del Instituto Alberto Merani, en una reciente edición de un noticiero televisivo, anotó que la inversión en educación permaneció estancada durante varios años y que solo en el pasado reciente se inyectaron recursos a la educación superior, inversión que no se puede desconocer, pero según su criterio, que compartimos a plenitud, se deben destinar recursos también a la educación primaria y secundaria, dado que estas constituyen la piedra angular para el despliegue de una formación, que ha de reubicar al país en puestos de vanguardia en el contexto internacional.