«Haz de tu vida un sueño, y de tu sueño una realidad», una de las frases más célebres que aparecen en El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, parece ser el motor que mueve el corazón de Juan Carlos Penagos Gutiérrez, un hombre de 42 años de edad, nacido en Venezuela, pero radicado en Colombia hace ya 20 años.
El protagonista de esta historia, encaja en ese grupo de personas que han enfrentado todo tipo de obstáculos, pero nunca han sucumbido y cada tropezón, además de levantar la uña, se convierte en el aliciente para seguir en la lucha y la brega como diría un connotado periodista bugueño.

Inspiración de película
Su pasión por el arte le nació cuando siendo un niño se encontró con la película Gigante de Hierro, donde uno de los personajes era un hombre que vivía en una chatarrería y con el material que almacenaba se dedicaba a elaborar todo tipo de objetos.
Años después y tras ir en busca de su padre, de profesión cerrajero, se acercó de nuevo a los elementos inspiradores de la película que de niño lo cautivó y decidió hacer su primera obra de arte a base de chatarra y construyó un tanque de guerra; allí reactivó su sueño artístico.
«Yo veo arte en lo que la gente ve basura o estorbo en sus casas o espacios laborales, pues Dios me dio el talento de convertir las latas, hierros retorcidos y otros elementos metálicos en piezas que convierto en esculturas que construyo de memoria, pues nunca hago bocetos», dice Penagos, artista de formación empírica.
A manera de anécdota recuerda que hace un tiempo le compró a su compañera de aventura una motocicleta y en vista de que no la usaba le pidió su autorización y la transformó en un robot al que llamó Moto Man, que hoy engalana El Mirador, una de las fincas turísticas del corregimiento de Fenicia, una tierra que lo acogió y donde reside desde hace varios años.

Un sueño
Juan Carlos Penagos Gutiérrez tiene como gran sueño adquirir un terreno donde pueda construir su hogar y que le sirva además de bodega y taller para dar rienda suelta a su inagotable talento creativo.
«En este momento estoy buscando que quien desee patrocinarme lo puede hacer donándome material para elaborar mis obras, venderlas y empezar a hacer realidad al sueño de contar con el predio», dice este artista, cuya humildad resulta abrumadora.
Un quijote lo ronda
Como todos los artistas en el mundo, a Juan Carlos, padre de dos hijos, lo persigue y le quita el sueño desde hace algún tiempo el deseo de construir en tamaño real la imagen de don Quijote de la Mancha cabalgando en Rocinante y con un libro abierto.
«Ese es mi sueño como escultor y quiero contar con el apoyo de quienes deseen hacerlo donando manterial (chatarra) para llevarlo a cabo y lo pueden hacer llamándome al 320 7823998 y nos ponemos de acuerdo para recolectarla», puntualizó.