¿Qué se sabe de la transmisión del virus SARS-CoV-2 en estos casos?
La noticia la dieron a conocer en un comunicado de prensa desde el reconocido establecimiento este lunes.
Los funcionarios del zoológico dijeron que el 6 de enero, dos de los gorilas comenzaron a toser.
Por este motivo iniciaron el proceso de análisis de muestras fecales de los primates para el SARS-CoV-2 a través del Sistema de Laboratorio de Salud Animal y Seguridad Alimentaria de California (CAHFS).
El 8 de enero, funcionarios del zoológico dijeron que las pruebas preliminares detectaron la presencia del virus en la “tropa de gorilas” y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) National Veterinary Services Laboratories (NVSL) confirmó los resultados positivos el 11 de enero para dos de ellos.
Un tercer gorila comenzó con síntomas ese mismo día.
El resultados de las pruebas confirman la presencia de SARS-CoV-2 en algunos de los gorilas y no descarta definitivamente la presencia del virus en otros miembros de la tropa.
“Aparte de algo de congestión y tos, a los gorilas les va bien”, dijo Lisa Peterson, directora ejecutiva del San Diego Zoo Safari Park.
“La tropa permanece en cuarentena junta y está comiendo y bebiendo. Tenemos la esperanza de una recuperación completa”.
Según el documento difundido a la prensa, se sospecha que los gorilas adquirieron la infección de un miembro del personal cuidador asintomático, y que se contagiaron a pesar de que se siguen todas las precauciones recomendadas, incluidos los protocolos de seguridad de COVID-19 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) y la Salud Pública del Condado de San Diego y usan equipos de protección personal (EPP) cuando están cerca de los animales.
Los estudios de investigación han verificado que algunos primates no humanos son susceptibles a la infección con el SARS-CoV-2, pero los funcionarios del zoológico dijeron que esta es la primera instancia conocida de transmisión natural a los grandes simios y se desconoce si tendrán alguna reacción grave.
“Durante casi un año, los miembros de nuestro equipo han estado trabajando incansablemente, con la máxima determinación para proteger a los demás ya la vida silvestre bajo nuestro cuidado de este virus altamente contagioso”, explicó Peterson.
“La seguridad de nuestro personal y la vida silvestre bajo nuestro cuidado sigue siendo nuestra prioridad número uno”, añadió.
Según manifestaron, “el parque San Diego Zoo Global cuenta con estrictas medidas de bioseguridad para proteger toda la vida silvestre bajo su cuidado y dijo que ha protegido con éxito a sus poblaciones de vida silvestre de las amenazas de enfermedades emergentes en la comunidad, como la enfermedad de Newcastle y el virus del Nilo Occidental”.
En marzo de 2020, cuando la comunidad respondió a la pandemia, los científicos de San Diego Zoo Global trabajaron con expertos en enfermedades para compartir su experiencia en bioseguridad con el USDA, AZA y otras organizaciones, estableciendo prácticas de la industria para proteger la vida silvestre en todo el mundo.
El San Diego Zoo Safari Park ha estado cerrado al público desde el 6 de diciembre.
De acuerdo a un documento del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, hasta el 15 de noviembre de 2020, se detectaron 7 casos de COVID-19 en tigres, 1 contagio en un leopardo de las nieves, 17 visones, 3 leones, 38 perros y 54 gatos.
La ciencia y el COVID-19 en animales
Los científicos finalmente han descubierto el misterio de por qué algunos animales son vulnerables a la infección por coronavirus mientras que otros no lo son.
Afirman que se debe a pequeñas diferencias en la estructura molecular de sus receptores ACE2, que se encuentran en la superficie celular.
La ACE2 es común en los seres humanos y se encuentra en todo el cuerpo, incluso en los pulmones. Se la ha denominado la “puerta de entrada” al coronavirus.
Muchos animales tienen su propia versión de ACE2, pero la versión de cada especie es ligeramente diferente en su estructura molecular.
Estas diferencias, creen los científicos, explican por qué algunos animales, como los gatos y las vacas, se infectan, mientras que otras especies, incluidos los cerdos y las gallinas, son inmunes.
Durante el transcurso de la pandemia, se han reportado muchos casos de animales infectados con el coronavirus.
Los estudios científicos también han analizado los genomas de varias especies en las que no ha habido casos confirmados, pero el animal podría infectarse si se expone.
Un artículo publicado en octubre en la prestigiosa revista científica Nature encontró que decenas de animales que entran en contacto con los humanos con regularidad son susceptibles a la infección, por ejemplo. Esta investigación del University College London (UCL) encontró un total de 28 especies terrestres que incluían gorilas, osos polares y caballos.
Un estudio separado publicado en noviembre en Science Direct por investigadores de la Universidad de Dalhousie en Canadá examinó los mamíferos marinos y descubrió que al menos 15 especies de delfines, focas y ballenas podrían estar infectadas.
Ambos estudios trabajaron en situaciones hipotéticas basadas en el conocimiento preexistente del SARS-CoV-2 y los genes animales que fabrican el receptor ACE2.
La última investigación, publicada en la revista PLOS Computational Biology, se basó en estos hallazgos pasados y creó modelos informáticos del receptor ACE2 que se encuentra en 28 especies animales.
Investigadores de la Universidad de Stanford encontraron que el receptor se veía muy similar en todas las especies analizadas.
El más similar a los humanos fue el de los chimpancés (99,5 por ciento de similitud) y el más diferente fue en los peces de colores (72 por ciento de similitud).
Luego, los investigadores realizaron pruebas por computadora para combinar virtualmente el pico de coronavirus con el receptor ACE2 de cada animal y predecir los enlaces que se establecerían o no en las coyunturas críticas.
Algunas mutaciones en el dominio de unión al receptor (RBD) del coronavirus en los animales impiden que se establezcan estas conexiones y, por lo tanto, el virus no puede adherirse al receptor ACE2 e infiltrarse en la célula.
Los investigadores escriben en su estudio que encontraron que “las especies que se sabe que no son susceptibles a la infección por SARS-CoV-2 tienen mutaciones no conservadoras” en varios lugares del receptor ACE2“que interrumpen los contactos clave con la proteína de pico viral”.
“Gracias a los datos de acceso abierto, las preimpresiones y el software académico disponible gratuitamente, pasamos de preguntarnos si los tigres podrían contagiarse de COVID-19 a tener modelos 3D de estructuras de proteínas que ofrezcan una posible explicación de por qué ese es el caso en solo unas pocas semanas”, dice el autor del estudio, el doctor João Rodrigues.