Por el momento no se han revelado detalles sobre las causas de su muerte, mientras sus seres queridos han pedido respeto y privacidad en este momento de duelo.
Keaton, reconocida por su talento, autenticidad y estilo inconfundible, construyó una carrera de más de cinco décadas que la convirtió en un ícono del cine mundial. Su salto a la fama llegó con su papel de Kay Adams en El Padrino (1972), dirigida por Francis Ford Coppola, donde interpretó a la novia —y luego esposa— de Michael Corleone, personaje encarnado por Al Pacino.
En 1977 alcanzó la cima de su carrera con Annie Hall, de Woody Allen, película por la que ganó el Óscar a Mejor Actriz y que marcó un antes y un después en la historia de las comedias románticas. Su interpretación, junto con su estilo personal —trajes masculinos, corbatas y sombreros—, la consolidó como un referente cultural y de moda en los años setenta.
A lo largo de su trayectoria, Diane Keaton participó en numerosos clásicos del cine, entre ellos Looking for Mr. Goodbar (1977), Reds (1981), El padre de la novia (1991 y 1995), El club de las primeras esposas (1996) y Something’s Gotta Give (2003), por la que volvió a ser nominada al Óscar. También destacó en su faceta como directora, fotógrafa y escritora, publicando tres memorias autobiográficas: Then Again (2011), Let’s Just Say It Wasn’t Pretty (2015) y Brother and Sister (2020).
Nacida el 5 de enero de 1946 en Los Ángeles, Keaton —cuyo nombre real era Diane Hall— tomó el apellido de soltera de su madre para diferenciarse de otra actriz homónima. A lo largo de su vida mantuvo relaciones sentimentales con figuras como Woody Allen, Al Pacino y Warren Beatty, aunque nunca se casó. En la década de los noventa decidió formar una familia como madre soltera, adoptando a sus dos hijos, Dexter y Duke.
Más allá de la pantalla, fue una activa defensora del bienestar animal y colaboró con organizaciones como el Helen Woodward Animal Center en campañas de adopción y concientización, ayudando a que miles de animales encontraran un hogar.
En 2017, el American Film Institute (AFI) le otorgó el Premio a la Trayectoria, reconociendo su impacto en la industria cinematográfica. Aquella noche, Keaton no dio un discurso: cantó “Seems Like Old Times”, la misma canción que interpretó en Annie Hall, dejando claro que su legado artístico estaría siempre ligado a la autenticidad, la sensibilidad y el amor por el arte.
Con su partida, Hollywood pierde a una de sus voces más emblemáticas y entrañables. Su obra, sin embargo, permanecerá como testimonio del talento y la elegancia de una artista que marcó generaciones.