Las imágenes del crimen son impactantes, mostrando su cuerpo en el asiento del copiloto cubierto con cobijas.
Este brutal ataque se sospecha que es una represalia de los carteles de droga que operan en la región, en respuesta a la decidida acción de Arcos para combatir el narcotráfico, la misma que lo llevó a asumir el cargo el 30 de septiembre pasado, impulsado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La gobernadora del estado de Guerrero, Evelyn Salgado, condenó el crimen y ordenó a las fuerzas de seguridad investigar con rigor para identificar y capturar a los responsables.
“Condeno de manera enérgica el homicidio del presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán. He instruido al secretario de Seguridad Pública del Estado intensificar los operativos de vigilancia en la zona”, afirmó en su perfil en X.
El asesinato de Arcos pone de manifiesto la grave crisis de seguridad que enfrenta México, donde diversos territorios están dominados por carteles de narcotráfico, socavando la tranquilidad que Arcos buscaba restaurar durante su mandato.
En una de sus recientes intervenciones, el alcalde había hecho un llamado a la colaboración de todos los sectores para alcanzar la paz en Chilpancingo. Su trágica muerte deja un profundo pesar en la sociedad guerrerense y resalta la urgente necesidad de abordar la violencia en la región.