De acuerdo con las primeras versiones, el hecho habría sido perpetrado por disidencias del frente Jaime Martínez de las Farc.
La detonación, registrada en las inmediaciones del barrio Villa Flor, destruyó más de 30 viviendas y locales comerciales, dejando cuantiosas pérdidas materiales y una gran cantidad de personas afectadas. Aunque aún no se ha confirmado un número oficial de heridos, los pobladores aseguran que varias personas resultaron lesionadas por la onda explosiva.
“Ese estallido fue terrible, la fuerza de la explosión tumbó puertas, ventanas y techos. Muchos estábamos descansando cuando se sintió ese candelazo”, relató Julio Correa, comerciante del municipio, quien resultó afectado por la onda expansiva.
Según versiones de los habitantes, el objetivo de los atacantes era ubicar el vehículo frente a la estación de Policía, pero la carga detonó antes de llegar al lugar, ocasionando que la explosión se produjera en medio de las viviendas. “Nos destruyeron todo, hay familias que se quedaron sin casa y sin negocio. Esto es una guerra que nosotros no pedimos”, lamentó uno de los afectados.
Durante el ataque también se reportaron hostigamientos armados y el uso de drones con explosivos, lo que incrementó el miedo y la confusión entre la comunidad.
“Primero escuchamos las ráfagas, luego los ametrallamientos y después vino la explosión. Es desesperante vivir así, con miedo cada noche”, denunció Pedro Cerón, líder campesino del casco urbano.
Las autoridades locales confirmaron que unidades policiales y equipos de emergencia trabajan en el levantamiento de escombros y la atención a las familias damnificadas. Entretanto, se mantiene la alerta en todo el municipio ante posibles nuevos ataques.
El hecho se suma a una serie de hostigamientos recientes en el norte del Cauca, donde las disidencias han intensificado su accionar armado, afectando gravemente a la población civil.











