José Leonardo relató que el cocodrilo llegó a su hogar en una caja de cartón y rápidamente se convirtió en una “mascota” a la que se le acondicionó un espacio amplio y cómodo en el patio de su casa.
“El cocodrilo se llama la ‘Ñata’; en el año de 1970 el comandante de la policía muy gentilmente tuvo el detalle de regalarle ese animal que venía en una caja de cartón a mi padre”, comentó, explicando cómo su familia se encargó de proporcionarle un ambiente adecuado, cuidados y atención constante.
Una dieta especializada para ‘La Ñata’
Escobar enfatizó que tanto él como su familia aprendieron a brindarle a ‘La Ñata’ una dieta balanceada. “Aprendimos que el animal es carroñero por naturaleza; nosotros le suministrábamos carne de vaca, gallina y en algunas ocasiones pescado”, destacó. Esta atención a la alimentación permitió que el cocodrilo mantuviera una salud adecuada durante todos esos años.
Sobre la percepción de peligrosidad que puede generar un cocodrilo en un hogar, Escobar aseguró que nunca tuvo incidentes adversos. “Nunca tuve un accidente con una persona, sencillamente porque aprendió con el tiempo a pedir comida cuando la necesitaba”, afirmó. ‘La Ñata’ estaba acostumbrada a recibir entre 8 y 10 libras de carne cada tres semanas, lo que le proporcionaba la energía necesaria para su desarrollo. Además, el dueño mencionó que, con el tiempo, el animal comenzó a poner huevos, revelando así su condición de hembra, ya que producía entre 30 y 35 huevos al año.
Legalidad y custodia del cocodrilo
Un aspecto clave de esta historia es la custodia de ‘La Ñata’. En 2007, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) otorgó a Escobar un permiso para mantener al cocodrilo en su hogar. Sin embargo, el dueño señala que la legislación cambió sin previo aviso, dejándolo en una situación confusa. “Solicité la custodia y me la otorgó la CVC; con el tiempo, la Ley fue derogada, pero nunca me notificaron que ya no podía tener la custodia de ese animal”, destacó Escobar.
No obstante, su intención no es recuperar al cocodrilo, sino asegurar su bienestar. “No estoy pidiendo que me la devuelvan porque es imposible. Lo único que pido a la CVC es que le garanticen a este animal una buena calidad de vida. Ese animal está demasiado humanizado”, explicó, subrayando la conexión emocional que ha desarrollado ‘La Ñata’ con su familia, incluso llegando a reconocer a los miembros de la casa y a otros animales como parte de su manada.
“Está por debajo del peso ideal”: CVC
Animal no podría ser liberado porque no aprendió cómo defenderse de los miembros de su misma especie.
Casi la mitad de su peso, una masa en la mandíbula y dificultad para mover una de sus patas son las primeras conclusiones de los expertos tras examinar a la caimán que fue hallada en el patio de una vivienda en Palmira.
“Es la primera vez que un animal de estas características llega a la CVC porque no tiene distribución en esta área del país, si no en el norte. Es un caimán aguja o caimán del Magdalena. El animal llega con un peso entre el 40 o el 50% por debajo del ideal para su tamaño y edad”, explica el biólogo Gustavo Trujillo Barrientos de la Dirección de Gestión Ambiental de la CVC.
También le puede interesar
“Este animal nunca ha estado en contacto con los de su misma especie y no tendría los comportamientos y defensas que necesita en el medio natural, entonces consideramos que su mejor posibilidad es tenerla en cautiverio pero con mucho más espacio, con una laguna con profundidad para que pueda hacer termorregulación, porque creemos que su bajo peso puede obedecer a que no ha efectuado sus procesos metabólicos y de regulación de temperaturas normales por el sitio donde se encontraba”, explica el biólogo.
Ya se hizo contacto con personal de la estación Roberto Franco de la Universidad Nacional de Bogotá, ubicada en los Llanos y con expertos que pertenecen al grupo de especialistas de cocodrilo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza con quienes se harán análisis genéticos para corroborar la especie y la zona de distribución, es decir, de dónde es realmente originario.
“La idea es recuperar al animal y poder trasladarlo a este sitio, donde podrá estar como representante de las diferentes especies de cocodrilos que tenemos en el país”, dice el funcionario.
“Es importante aclarar que los animales de la fauna silvestre colombiana no son propiedad de ningún ciudadano, son del Estado y ningún ciudadano tiene titularidad sobre ellos, ni el Estado puede entregarla si no se llenan los respectivos permisos y requisitos que, en este caso, serían única y exclusivamente para zoocriaderos y cotos de caza como lo establece la Ley. Pero, reitero, ningún ciudadano común y corriente es dueño de la fauna silvestre. El Estado no está entregando el dominio o la posesión bajo ninguna circunstancia, solo en los casos estipulados por la Ley”, explica el biólogo.