Se dice que el salario mínimo aumentó más en 2025 que en las últimas 3 décadas, pero con este mismo se compra mucho menos hoy de lo que se podía comprar en 2022.
La canasta familiar no es la misma, se ha visto reducida, en comparación con el total de artículos premium que se podían adquirir hace tres años.
Un ejemplo muy simple es el siguiente: suponga un propietario de un automóvil cualquiera con motor estándar de 4 pistones a 1.2 litros, el cual se usará para viajar por todo el país; si se usa hoy todo un salario mínimo mensual legal vigente para tanquearlo en el recorrido hasta agotar los fondos, o sea $1.423.000; teniendo en cuenta un precio promedio ponderado actual de $16.000, daría una capacidad total de 88.93 galones.
El mismo auto con las mismas condiciones anteriores con un SMMLV del 2022: $1.000.000; y con un precio promedio ponderado de gasolina de esa época en $9090, se tendrían 110 galones en total. Es decir que, hoy se pueden comprar 21.07 galones menos que en 2022.
Ahora, si este simple ejercicio se repite con cada uno de los productos de consumo regular en los hogares del país, desde el azúcar hasta la carne, el resultado va a ser exactamente igual. En otras palabras, ¡sí! Usted gana más hoy, pero compra mucho menos cantidad de litros, libras, unidades o metros del mismo producto. En resumen, el poder adquisitivo de los colombianos se ha reducido en un 33% en los últimos 3 años.
Luego entonces, aunque la inflación pueda descender en el futuro cercano, las decisiones de Estado actuales juegan un papel fundamental en el empobrecimiento de la población de manera generalizada, total que, aunque los trabajadores perciban que ganan más, en realidad compran menos.
Y lo trágico es que, no parece algo que esté pasando por una crisis globalizada, por fuera de las capacidades del Control Estatal, sino más bien una estrategia interna y posiblemente intencional para empujar a los pobres hacia la pobreza extrema.