El mundial de clubes que se adelanta en los Estados Unidos, se originó con la Pequeña Copa de Clubes del Mundo, evento amistoso de fútbol de clubes, que entre 1952 y 1975 se desarrolló en el Estadio Olímpico de Caracas (Venezuela) con la participación de los equipos sudamericanos y europeos más destacados del momento.
Dicha copa se constituyó en el precedente de las justas intercontinentales entre clubes de fútbol y sirvió para que la UEFA y la Conmebol, las dos confederaciones más prestigiosas del mundo promovieran una competencia con el reconocimiento de la FIFA, en la que participarán sus campeones, con el fin de coronar a la mejor escuadra del mundo.
Así las cosas, la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, conocida también como Mundial de Clubes, emerge como la competición internacional para determinar cada cuatro años al club campeón mundial. Esta copa tiene por objeto conferir una proyección mundial al balompié, que cubra a todas las confederaciones. En principio la disputaban cada año los equipos campeones continentales de las seis confederaciones: Asia, África, América del Norte Central, América del Sur, Europa y Oceanía; se incluía también al campeón de la liga del país organizador.
En la actualidad, se lleva a efecto cada cuatro años con la participación de 32 equipos, que corresponden a los campeones y a los mejores equipos rankeados por sus confederaciones. Esta copa se disputó por primera vez en el 2000, pero se juega anualmente desde el 2005, fecha en la que reemplaza a su antecesora, la Copa Intercontinental, competición en la que se enfrentaban anualmente el campeón continental de Europa y el de Sudamérica.
Este recorrido histórico no se amplía por cuestiones de espacio. En todo caso, esta columna se escribe como un “abrebocas” para el campeonato mundial de futbol que se celebrará el próximo año, y como una invitación para que algunos de los equipos del rentado nacional puedan acceder a estas justas en un futuro cercano.