Nunca en la historia reciente había visto tanta desaprobación, silencio y desinformación a un gobierno, tal como lo hacen ahora los grandes medios de comunicación, en donde es evidente la intención de sus dueños y obviamente los periodistas deben obedecer sus órdenes y orientaciones cuando ven amenazadas sus seguridades.
A veces he sostenido que en este país no existe libertad de prensa, sino libertad de empresarios, porque son los que marcan la pauta para la información y es obvio que sin publicidad no hay rentabilidad para cancelar los costos de producción.
El Tabloide se ha distinguido por el respeto a la opinión en sus páginas editoriales y por eso vemos distintas tendencias políticas en cada uno de sus columnistas, hecho que es de suma importancia, ya que en países de tendencia totalitaria, hay que sumarse a la defensa del gobierno, de lo contrario pare de contar y a desaparecer se dijo.
El gobierno progresista, como suele llamarlo el propio Presidente Petro, no ha podido avanzar como se quisiera y es lógico que así sea, el cambio propuesto no se hace de la noche a la mañana, especialmente cuando se trata de disminuir prebendas legendarias en favor de unos pocos, sin pensar en el favorecimiento de los muchos, hay caos en el sistema de salud, fracaso en el tema de la paz, incertidumbre en las reformas laboral, pensional, judicial y de la política.
Me parece muy arriesgado llamar a los acuerdos de paz a los grupos que son delincuentes y no tienen por lo menos un ideal político, sino económico, una cosa es laideología extendida a lo largo y ancho de Latinoamérica después de la revolución cubana, que se hizo con el apoyo hasta de Estados Unidos, porque las dictaduras no son muy bien vistas por todas las tendencias políticas. La sorpresa la dio el comandante Fidel cuando anunció que desde su primer día de gobierno, se iniciaba un régimen de corte marxista leninista. Y ahí fue Troya. No sé cómo se vive en Cuba, pero eso de una ración diaria de carne para los más pobres, así sea gratis, da mucho que pensar.
Lo cierto es que en este país estamos cansados de la violencia y los discursos incendiarios y provocadores de todo un presidente no conducen a la convivencia pacífica, sino más bien, a la confrontación, a exacerbar los ánimos y despertar resentimientos antiguos.
Me producen grima, hasta ahora,las propuestas de los primeros candidatos a la presidencia desde el año 2026.