El nombre importa porque pasará a la historia de la infamia como la entidad jurídica colombiana que, contra toda evidencia, condenó a un hombre inocente, demostró que le tiene sin cuidado las pruebas contundentes aportadas en el juicio por parte de la defensa y en cambio le dio credibilidad a delincuentes confesos, condenados, mercenarios de la vida y del dinero, enemigos declarados de la sociedad, uno de ellos, el principal, Monsalve, un secuestrador descalificado por su propia familia.
Nada de eso importó a la juez, el objetivo era solo uno: condenar un símbolo, un líder que derrotó a la izquierda en los escenarios que le plantearon, el político y el militar.
Jamás vio venir el señor presidente Uribe un enemigo inesperado pero poderoso, la Corte Suprema de Justicia, ella, con un espíritu vindicativo, convirtió una denuncia interpuesta por Uribe en lo contrario, es decir, al denunciante lo convirtió en denunciado, algo insólito en los expedientes judiciales de Colombia
. Magistrados de esa corte habían expresado que “lo de Uribe era un asunto político, no jurídico”, eso fue una especie de instrucción de la alta corte a todos los jueces y fiscales de Colombia, desde ese momento Uribe estaba condenado.
La defensa técnica del señor presidente Uribe se equivocó en no asumir la defensa política desde el inicio del proceso, obvio que lo jurídico es indispensable y fue bien llevado por el equipo defensor, pero lo prioritario, la defensa política, solo se dio al final del proceso y dio buenos resultados porque la opinión pública lo entendió y terminó apoyando esos argumentos.
El trasfondo de este recio proceso político-jurídico es ni más ni menos que la batalla cultural entre las fuerzas del autoritarismo, el pensamiento único y la corrupción administrativa, representadas en el gobierno Petro y su ideólogo, Iván Cepeda, contra los defensores de la democracia, la libre empresa, la libertad de opinar sin temor a un tiro o a un carcelazo, todo ello inspirado en la Constitución del 91, representados por Uribe, un guerrero listo para la próxima batalla por la libertad y la democracia.