Cerca de 50.000 personas ya han desfilado frente al féretro instalado bajo el majestuoso baldaquino de Bernini, en uno de los actos de despedida más multitudinarios que se recuerdan en el Vaticano.
El cuerpo del primer papa latinoamericano, fallecido el pasado lunes 21 de abril, permanece expuesto ante los fieles, en una escena cargada de recogimiento, oración y emoción. La basílica, la más grande de la cristiandad, ha permanecido abierta desde la mañana del miércoles para permitir el ingreso libre de los fieles que desean rendir homenaje al pontífice que marcó una era con su estilo pastoral cercano y reformador.
La velación se extenderá hasta la noche del viernes, cuando se cerrará la capilla ardiente para dar paso al funeral de Estado que se celebrará el sábado. El acto fúnebre contará con la presencia de numerosos jefes de Estado y líderes internacionales, entre ellos los presidentes Donald Trump, Javier Milei y Luiz Inácio Lula da Silva, así como el rey Felipe VI de España y el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
El Vaticano ha dispuesto estrictas medidas de seguridad y un operativo especial para permitir el ingreso ordenado de los asistentes, en una jornada que volvió a confirmar la dimensión global del legado del papa Francisco.