De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, Melissa ingresó al territorio jamaicano cerca de la comunidad de New Hope con vientos sostenidos de hasta 295 km/h (185 mph) y una presión mínima central de 892 milibares, una cifra que lo coloca entre los huracanes más potentes en la historia del Atlántico.
Las autoridades confirmaron al menos tres muertes en Jamaica y más de 240.000 hogares sin electricidad, además de inundaciones masivas, deslizamientos de tierra y daños estructurales graves en viviendas, carreteras y edificaciones públicas. Las imágenes desde Kingston y Montego Bay muestran calles anegadas, árboles caídos y postes derribados por la fuerza del viento.
Tras su paso por Jamaica, el ojo del huracán Melissa continúa desplazándose hacia el noreste, con trayectoria directa hacia el oriente de Cuba, donde podría impactar durante la noche del martes o la madrugada del miércoles.
Los pronósticos advierten que el ciclón mantendrá vientos cercanos a categoría 4 o 5 al aproximarse a las provincias de Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma, regiones donde el gobierno cubano activó alertas de evacuación y suspendió actividades públicas.
Meteorólogos destacan que Melissa podría convertirse en el huracán más fuerte que haya golpeado Jamaica desde 1851, superando la intensidad de ciclones históricos como Gilbert (1988) o Dean (2007).
Expertos también vinculan la rápida intensificación del fenómeno —que pasó de tormenta tropical a categoría 5 en menos de 48 horas— con el calentamiento anómalo de las aguas del Caribe, un efecto asociado al cambio climático.









