La revelación fue hecha por Sebastián Bonilla, tío del niño, en una entrevista exclusiva con La FM.
“Sí, sí pagamos un rescate. No aguantamos más la zozobra ni el miedo. No sabíamos en qué condiciones estaba Lyan”, declaró Bonilla, quien evitó mencionar el monto entregado, argumentando razones de seguridad.
El secuestro ocurrió el pasado 3 de mayo en el corregimiento de Potrerito, cuando al menos cinco hombres armados irrumpieron en una finca familiar y se llevaron al niño de 11 años. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que los criminales intimidaban al personal doméstico y huían con el menor hacia zona montañosa.
Durante casi tres semanas, el país entero siguió con angustia el caso. El presidente Gustavo Petro pidió su liberación en varias oportunidades, condenando el crimen como un acto de esclavismo. La vicepresidenta Francia Márquez también exigió el retorno inmediato del niño, mientras que el alcalde de Cali, Alejandro Eder, señaló directamente a la disidencia ‘Jaime Martínez’ como responsable del plagio.
La familia había suplicado públicamente por su liberación, revelando además que el niño tenía una condición respiratoria que podía agravarse en condiciones extremas. “Esto es la muerte en vida”, dijo su madre, Angie Bonilla, durante los días más críticos del secuestro.
Lyan fue entregado finalmente a una comisión humanitaria el miércoles 21 de mayo y, según confirmaron las autoridades, se encuentra bien de salud.
La confesión del pago reaviva las alarmas sobre el fortalecimiento de las economías criminales en el suroccidente del país y deja en evidencia la falta de garantías para las víctimas. A pesar de la liberación, la impunidad persiste: hasta el momento, no hay capturas por este secuestro.