El cohete portador Long March 5B tenía un área de aterrizaje estimada de 72,47 ° E de longitud y 2,65 ° N de latitud, justo al oeste de las Maldivas en el océano Índico, dijo la Agencia Espacial Nacional de China en una publicación en WeChat.
La mayor parte del cohete fue «destruido» al reingresar a la atmósfera, indicó la agencia espacial.
El cohete, que medía unos 30 metros de alto y pesa casi 22 toneladas, puso en órbita una pieza de una nueva estación espacial china el 29 de abril.
Después de que se agotó el combustible, el cohete se dejó caer sin control por el espacio hasta que la gravedad de la Tierra lo arrastró de vuelta al suelo.
Generalmente, la comunidad espacial internacional intenta evitar tales escenarios.
La mayoría de los cohetes que se utilizan para elevar satélites y otros objetos al espacio realizan reentradas más controladas que apuntan al océano, o quedan en las llamadas órbitas de «cementerio» que los mantienen en el espacio durante décadas o siglos.
Pero el cohete Long March está diseñado de una manera que «deja grandes piezas en órbita baja», dijo Jonathan McDowell, astrofísico del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard.
En este caso, era imposible tener la certeza exacta de cuándo o dónde aterrizaría el propulsor.
La Agencia Espacial Europea había predicho una «zona de riesgo» que abarcaba «cualquier porción de la superficie de la Tierra entre aproximadamente 41,5 N y 41,5 S de latitud», que incluía prácticamente todas todo el continente americano al sur de Nueva York, toda África y Australia, partes de Asia, al sur de Japón y España, Portugal, Italia y Grecia.
La amenaza para las áreas pobladas de tierra no era del todo insignificante, pero por fortuna la gran mayoría de la superficie terrestre está ocupada por océanos, por lo que las probabilidades de evitar un encuentro catastrófico eran escasas.
El cohete es uno de los objetos más grandes en la memoria reciente que haya golpeado la Tierra después de caer fuera de órbita, luego de un incidente de 2018 en el que una parte de un laboratio espacial chino se rompió sobre eloceano pacifico y la reentrada en 2020 de un cohete Long March 5B.
A pesar de los esfuerzos recientes para regular y mitigar mejor los desechos espaciales, la órbita de la Tierra está plagada de cientos de miles de piezas de basura no controladas, la mayoría de las cuales tienen menos de 10 centímetros.
Los objetos que caen constantemente fuera de órbita, aunque la mayoría de las piezas se queman en la atmósfera de la Tierra antes de tener la oportunidad de impactar en la superficie. Pero partes de objetos más grandes, como este cohete Long March, pueden aguantar l regingreso y amenazar estructuras y personas en el suelo.
«Se han establecido normas», dijo McDowell.
«No hay una ley o regla internacional, nada específico, pero la práctica de países de todo el mundo ha sido: ‘Sí, para los cohetes más grandes, no dejemos nuestra basura en órbita de esta manera’».