Considerado una de las últimas grandes leyendas del séptimo arte, dejó una huella imborrable en la industria cinematográfica con más de 50 películas en su trayectoria.
Redford obtuvo el premio Óscar como director por Ordinary People y se convirtió en un impulsor del cine independiente al fundar el Festival de Sundance, espacio que abrió las puertas a nuevas generaciones de cineastas. Su carisma y talento lo consolidaron como un ícono, tanto frente como detrás de las cámaras.
A lo largo de su carrera, Redford combinó su éxito en la pantalla con un firme compromiso social y ambiental. Hizo campaña en defensa de los derechos de los pueblos indígenas y promovió causas ecológicas, reflejando sus convicciones políticas liberales.
Nacido en Santa Mónica en 1936, Robert Redford alcanzó la fama mundial con su papel en Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969), junto a Paul Newman, con quien formó una de las duplas más recordadas del cine. Posteriormente protagonizó grandes producciones como The Sting y All the President’s Men, consolidándose como referente del cine estadounidense.
Su legado trasciende la pantalla: fue admirado no solo por su talento artístico, sino también por su visión cultural y su lucha por dar voz a historias y creadores independientes. Con su partida, Hollywood pierde a una de sus figuras más emblemáticas.