Hoy, este joven de 18 años, nacido de madre francesa y padre colombiano —oriundo de Morelia, Roldanillo, Valle del Cauca— se alista en Egipto para uno de los retos más importantes de su carrera: el microciclo preparatorio con la Selección Colombia Sub-20, previo al Mundial de Chile que se disputará en septiembre
Desde su infancia, Lucas ha demostrado una conexión especial con el balón. Su formación deportiva comenzó en las filas del prestigioso París Saint Germain, y se fortaleció con tres años de experiencia en Cataluña, además de otros procesos en diversos clubes de Francia.
Un camino que no ha sido fácil, pero que ha contado con el respaldo incondicional de sus padres, quienes han apostado todo por su crecimiento, no solo como futbolista, sino como ser humano.
La humildad ha sido la piedra angular de su formación. Lucas ha enfrentado cientos de compromisos, desafíos y procesos, con la mirada siempre puesta en su meta: representar con orgullo al Valle del Cauca y a Colombia en la élite del fútbol juvenil.
Hoy, su presencia en Egipto, como parte de los fogueos internacionales ante selecciones de varios continentes, no solo ratifica su talento, sino que también simboliza el fruto del esfuerzo, la disciplina y los valores inculcados desde casa.
Colombia tiene en Lucas Villa Valencia a un joven con garra, pasión y visión. Un embajador del juego limpio y del trabajo constante, que buscará dejar el nombre del país en alto en esta gran cita mundialista.