El oficialismo celebró la aprobación con carteles que decían “Sí a una salud sin barreras”, mientras que la oposición cuestionó la forma en que se lograron los votos. La rápida aprobación, que ocurrió en solo dos días tras meses de estancamiento, se atribuye a la estrategia del nuevo ministro del Interior, Armando Benedetti, quien logró sumar el apoyo de partidos como el Liberal, Conservador y de la U a cambio de mayor participación en el Gobierno.
La reforma plantea eliminar el modelo actual de Entidades Promotoras de Salud (EPS) y reemplazarlo por un sistema en el que el Estado asuma directamente los pagos a clínicas y hospitales a través de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES). También contempla la creación de Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS) y un sistema de información público e interoperable.
El debate ahora se traslada al Senado, donde la reforma enfrentará su prueba más difícil.