Iniciamos desde esta semana una serie de publicaciones con motivo de los 50 años de EL TABLOIDE y en ellas vamos a registrar los diferentes acontecimientos que han marcado la historia de la región de manera positiva y también aquellos negativos que dejaron huella tras medio siglo de circulación ininterrumpida.
Justamente este espacio lo inauguramos hablando del puente General Santander, una estructura que, como lo dice el titular, está ligada a la historia del centro el Valle del Cauca, pues su construcción en el 1940 marcó un hito en el desarrollo regional al comunicar a las dos regiones estableciendo un vínculo que hasta hoy prevalece.
Fruto de la necesidad
De acuerdo con los apuntes históricos, el primer puente surgió de la manifiesta necesidad de la comunidad vallecaucana que en esa época padecía muchas dificultades para el intercambio social y comercial porque estaba prácticamente desconectada y Tuluá, para esas calendas, ya emergía como el polo de desarrollo regional.
Dicen los apuntes históricos que se trató de uno de los primeros puentes colgantes construidos en Colombia de gran dimensión y fue entregado por el presidente Eduardo Santos en 1940 y recibió el nombre con motivo del centenario de la muerte de Francisco de Paula Santander, uno de los héroes de la lucha de independencia.

Sus fallas históricas
Esculcando el abundante archivo de EL TABLOIDE nos encontramos con un recorte del año 1975 cuando una fotografía y el texto que la acompañaba hablaba del mal estado que presentaba la estructura que estaba a punto de colapsar. Desde esa publicación, que por demás marcaba el inicio de este Semanario, tuvieron que pasar casi 30 años para que el gobierno nacional de entonces pusiera sus ojos en el Valle del Cauca y anunciara la construcción de un nuevo puente que reemplazara el viejo de metal, al que solo le sellaban los huecos con asfalto y le pintaban los hierros con pintura anticorrosiva.
Un logro regional

El nuevo puente se hizo realidad en el cuatrienio 1990 -1994 que le correspondió al pereirano César Gaviria Trujillo, quien en las postrimerías de su mandato llegó al Valle del Cauca con varios de sus ministros, el gobernador Carlos Holguín Sardí; Gustavo Álvarez Gardeazábal como alcalde de Tuluá, Gonzalo Alvarado mandatario de Riofrío y José Raúl Montoya, burgomaestre de Trujillo para hacer entrega de una obra que se catalogó, como una de las más importantes recibidas en el departamento en el siglo XX.
José Alexánder Espejo, hoy día director de EL TABLOIDE y quien hizo parte del equipo de reporteros que cubrió la visita presidencial, recuerda que esta se dio en medio un gigantesco despliegue militar y policial, pues el Jefe de Estado era un objetivo de valor de los carteles del narcotráfico en proceso de desmantelamiento.
Símbolo del dolor
Aunque el puente General Santander traduce para la región desarrollo y progreso también marcó un lado oscuro de la historia. pues desde allí fueron lanzados a las aguas del Río Cauca centenares de personas que eran acribilladas, torturadas y hasta mutiladas por las bandas de narcotráfico que, por esa época, también sacudían al país y la región. Sin quererlo se volvió punto de referencia judicial y hay quienes aseguran que al pasar por el lugar se sienten energías pesadas y hasta presencia de espírtus o almas en pena.