No es fácil contabilizar cuántas noticias judiciales hemos publicado en 50 años de existencia y 2344 ediciones impresas, pero sí tenemos claro que la primera publicación se hizo en la edición 76 del sábado 7 de mayo de 1981 en vísperas del día de la madre. Hasta antes de este acontecimiento, que marcó un antes y un después de EL TABLOIDE, la información de esta índole se manejaba en barandas donde de manera suscinta se registraban los hechos que acontecían en la región.
Pero en ese año referido, y de manera especial el domingo 3 de mayo, día de la Santa Cruz, se registró una noticia que estremeció a Tuluá.

El hecho en mención tenía que ver con la muerte de siete tulueños que habían salido del aeropuerto Farfán a bordo de una Piper Hk 1896 con destino a la ciudad de Cali y, tras sobrevolar en varias ocasiones, la Villa de Céspedes, retomaron rumbo con la mala fortuna que el aparato golpeó una torre de Telecom y se precipitó luego contra una vivienda en la calle 12 con carrera 4 en pleno centro de Buga. Los siete ocupantes perecieron insofacto mientras que los habitantes de la casa salieron ilesos de manera mílagrosa.
El documento, que es hoy una reliquia en los archivos celosamente guardados de EL TABLOIDE, es una exquisita crónica judicial minuciosamente escrita por Fernando Pinzón y que no omite detalle de las horas previas, el compartir del almuerzo entre los amigos y hasta las razones por las que se presentó la tragedia.
Apartes de la crónica
El día de la tragedia se reunieron en la casa del conocido comerciante tulueño Hugo Botero Bedoya, situada en la carrera 25 con calle 32 de esta ciudad, los siete pasajeros que perdieron la vida en el accidente de la avioneta; Todos habían sido invitados a un almuerzo especial.
El sábado anterior llegaron procedentes de Los Ángeles (California) el arquitecto José Luis Escobar y su esposa Reina García de Escobar a la residencia del señor Botero Bedoya. El profesional viajó a Colombia con el propósito de adelantar una serie de estudios de factibilidad por cuenta de la organización Carvajal y Compañía para la construcción de una Urbanización en la Ciudad de Cali.
Llegaron los pilotos
El domingo hacia el medio día arribaron al aeropuerto Farfán, procedentes de Cali a bordo de la avioneta Piper HK 1896, los capitanes Luis Alfonso Parra y Luis Fernando Madriñán, quien la piloteaba y se reunieron con Luis Fernando Lara Conde y su señora Luz Elena Botero de Lara. Los tres hombres sostenían una vieja amistad debido a que Luis Fernando Lara era un aficionado a la navegación aérea.
El viaje final
Las cuatro personas se trasladaron del aeropuerto a la casa del señor Hugo Botero Bedoya, donde también se encontraba la señora Flor Ángela Forero de Suárez administradora del almacén Los Regalos de esta ciudad. la reunión se prolongó hasta las 4:30 de la tarde del domingo 3 de mayo. Cuando los capitanes decidieron regresar a Cali invitaron a la familia Escobar García para que los acompañaran. El arquitecto tenía una cita de negocios el lunes a primera hora. Los fueron a despedir al aeropuerto las familias Botero y Lara, pero a última hora decidieron abordar la nave los esposos Lara Botero y la tía de esta última, Flor Ángela Forero de Suárez.
Luis Fernando Lara invitó a su suegro Botero Bedoya a que los acompañara al viaje pero este se excusó porque tenía una cita en las horas de la noche.
Cambio de piloto
Los viajeros y los anfitriones pidieron que asumiera el mando de la avioneta Luis Alfonso Parra por cuanto su compañero se encontraba en avanzado estado de embriaguez.
Relata la crónica que la nave partió de Tuluá hacia Cali alrededor de las 5 de la tarde en un vuelo que no debía durar más de 20 minutos. Sobrevoló varias veces la ciudad, por el sector donde residia la familia Botero, y cuando se dirigía a su destino por alguna razón que no se pudo explicar, la nave perdió altura y tropezó con una torre situada en el centro de Buga y se desencadenó la tragedia ya referenciada.
Hipótesis del siniestro
Todo parece indicar que la falta de control por parte de funcionarios de la Aeronáutica Civil en el aeropuerto de Farfán generó el siniestro, pues el control habría impedido la salida del aparato puesto que los pilotos no se encontraban en las mejores condiciones físicas. Además, se probó que no contaban con el permiso para volar desde el aeropuerto Pacífico de Cali, situado en el aeropuerto de Palmaseca, por lo que su llegada al aeropuerto de Farfán se dio clandestinamente, según se conoció oficialmente.
Como dato curioso la edición con esta noticia bomba, y que se vendió como pan caliente, circuló un jueves, pues en un principio EL TABLOIDE circulaba cuando se podía.