El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, declaró este martes al país zona de desastre nacional tras el impacto del huracán Melissa, que tocó tierra en el suroeste de la isla, en el condado de Westmoreland, con vientos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora, convirtiéndose en la tormenta más fuerte que ha golpeado a Jamaica en su historia reciente.
La medida, emitida bajo la Ley de Gestión del Riesgo de Desastres, busca agilizar la atención humanitaria y la reconstrucción de las zonas afectadas. Holness explicó que la declaratoria “es un paso legal necesario para proteger vidas, restaurar el orden público y garantizar la seguridad de la población”, en un país donde el huracán ha dejado devastación generalizada en infraestructura, viviendas y servicios públicos.
El Gobierno también ordenó medidas económicas especiales. El ministro de Industria, Inversión y Comercio, Aubyn Hill, anunció la emisión de una orden para prevenir la especulación de precios durante el estado de emergencia, en medio del desabastecimiento y los cortes de energía que afectan a miles de ciudadanos.
Según reportes preliminares del Ministerio de Salud, seis hospitales resultaron afectados por los fuertes vientos e inundaciones. Entre ellos, el Hospital General Savanna-la-Mar en Westmoreland, que perdió parte de su techo, y el Hospital Infantil Bustamante, en Kingston, cuyo acceso quedó bloqueado por un poste eléctrico caído. Otros centros con daños importantes son el Noel Holmes (Hanover), Black River (Saint Elizabeth), Cornwall Regional (Saint James) y Falmouth (Trelawny).
El ministro de Salud y Bienestar, Christopher Tufton, aseguró que se trabaja junto con la Autoridad Sanitaria Regional del Sur para restablecer los servicios básicos y atender a los pacientes en medio de la emergencia.
Medios locales y videos difundidos en redes sociales muestran carreteras destruidas, inundaciones masivas y caída de árboles y tendidos eléctricos en varias regiones, especialmente en los condados de Cornwall y Middlesex. Al menos 530.000 personas permanecen sin energía eléctrica, y unas 15.000 se encuentran en refugios temporales distribuidos en todo el territorio.
El ministro de Gobierno Local, Desmond A. McKenzie, informó que varias familias quedaron atrapadas sin refugio en la parroquia de Santa Isabel, actualmente “bajo el agua”. “No es posible evaluar los daños causados por la tormenta en este momento”, advirtió.
El Aeropuerto Internacional Norman Manley, en Kingston, se mantendrá cerrado al menos hasta el jueves, cuando comenzará a recibir vuelos humanitarios con ayuda internacional, según el ministro de Transporte, Daryl Vaz.
Hasta el momento, el huracán Melissa ha causado al menos nueve muertes en el Caribe: tres en Jamaica, tres en Haití, dos en Panamá y una en República Dominicana. Las autoridades estiman que más de 50.000 personas podrían ser desplazadas por las inundaciones y los daños estructurales.
La embajadora de Colombia en Jamaica, Emiliana Bernard Stephenson, informó que se mantiene el seguimiento a turistas y residentes colombianos, especialmente en la zona turística de Montego Bay, donde el huracán impactó de manera directa.
Tras el desastre, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, expresó su solidaridad con Jamaica y anunció que su gobierno enviará asistencia humanitaria y apoyo técnico en tareas de reconstrucción. “Puerto Rico sabe lo que significa reconstruir tras la devastación”, afirmó.










