El primer hecho ocurrió en la cárcel de Buga, donde, presuntamente, sujetos armados dispararon en varias ocasiones contra las instalaciones del penal. Aunque no se registraron personas lesionadas, el ataque generó pánico entre el personal del Inpec y quienes se encontraban en las inmediaciones.
Poco después, en la cárcel de Tuluá, presuntamente, individuos lanzaron un artefacto explosivo que, según versiones preliminares, no alcanzó a detonar. Las autoridades acordonaron la zona mientras se realiza la inspección técnica y la recolección de evidencia.
Estos hechos se dan en un contexto de tensión, luego de que un grupo delincuencial hiciera llegar amenazas dirigidas a funcionarios del Inpec. Por ahora, se adelantan las investigaciones para establecer si ambos atentados están relacionados y quiénes estarían detrás de los ataques.