Alguna vez leí que el mayor reto para nuestro premio nobel Gabriel García Márquez era estar frente a una hoja en blanco y si lo decía él que hizo con la palabra arte, imagínense a un mortal como yo intentando hilvanar ideas para escribir esta columna de Caída Libre, la última de EL TABLOIDE impreso. Por eso y después de varios encabezados me decidí por hacer de estas líneas un monumento a la gratitud.
En ese orden de ideas empiezo por agradecerle a Dios por haberme puesto en este lugar, a mi papá y sus talleres de lectura y escritura que sin proponérselo forjó en mi la vena periodística que se consolidó con el pasar de los años.
Pero estas GRACIAS en mayúscula son para doña Nilsa López de Espejo una de las mujeres más valientes, berracas e inteligentes que he conocido con un liderazgo innato y una templanza que le permitió levantarse del dolor por la partida abrupta de don José para llevar EL TABLOIDE a las anheladas bodas de oro y que hoy se va del mundo impreso con la frente en alto y lista para seguir la batalla, pero ahora desde el mundo digital.
Aunque podría hablar mucho más de este adiós a la tinta y el papel, quiero reconocer que sin duda el legado de esta tulueña genuina fue haber construido alrededor de este Semanario una familia de la que es eje central inculcando en D’Arlay, José Alexánder y Anaholena el amor por esta región, convirtiéndolos en los cómplices perfectos para que este barco llegara a un puerto seguro que le permite ahora elevar velas para seguir siendo el medio más importante de la comarca centrovallecaucana.
Doña Nilsa ama a sus hijos con pasión fervorosa, amor que hoy comparte con Valentina, María José, Isabela y Sofía, sus nietas, y Martina, la bisnieta, que llegó para refrescarle el espíritu de niña que conserva.
Esta Caída libre del 27 de diciembre del 2025 es para decirle gracias a Doña Nilsa y a su familia por haber creído en mi y como se lo he dicho siempre acá estaré como soldado listo para hacer parte de la batalla que emprenda.









