Ya las pólizas de las obras se vencieron, la pieza publicitaria perdió su color y sigue izado como si nada. Aunque parezca algo sin sentido, es una denuncia que surge de la observación ciudadana y porque se repite en diferentes sectores donde los pendones instalados en temporada política se deterioran y se vuelven hilachas antes de ser bajados.
Es tarea del Departamento de Planeación y de la secretaría de Gobierno tomar cartas en el asunto para corregir estas falencias que afean la estética de Tuluá.