Así lo advierte Adiela Jiménez, directora de la fundación Huellitas en la Calle de Tuluá, organización que junto a otras rescatan a los animales dejados a su suerte.
«Ese abandono familiar de las mascotas es algo doloroso, pues son perros o gatos que se retiran de las fundaciones y se guarda la esperanza de que estarán bien, pero con el tiempo cambian de parecer y en algunos casos nos llaman para que los recojamos, pero esa es una tarea que no hacemos», explicó Jiménez.
Agregó que la ciudadanía debe ser conciente que la adopción es un compromiso que no tiene fecha de vencimiento.
Según las estadísticas que maneja la entidad, a diario se reportan 10 casos de abandono animal en Tuluá, cifra que podría ser mayor, pues muchos casos no se conocen.
«Nosotros estamos para cuidar y proteger los perros y gatos callejeros y no los que están en la casas y sus dueños ya se cansaron y los quieren devolver», dijo la vocera de la organización de carácter social.