Ese compendio de sabiduría popular que es el refranero popular dice que vaca ladrona no olvida el portillo, en referencia a quienes repiten y repiten sus conductas, actuaciones que son absolutamente predecibles, como el atentado terrorista contra los caleños y su base aérea Marco Fidel Suárez, dejando un saldo de siete víctimas fatales y más de sesenta heridos, casi al tiempo, en el municipio de Amalfi en Antioquia, un helicóptero de la Policía Nacional era atacado por el mismo grupo terrorista y dejaba doce policías asesinados, evidenciando una vez más el fracaso de la denominada “paz total” como política pública del gobierno Petro.
Lo tenaz del asunto es que inmediatamente después el grupo terrorista anuncia que los atentados seguirán y llama a la gente a desocupar sus viviendas y negocios si están ubicados cerca de un batallón o puesto militar, pero también, los mismos terroristas -en fatal coincidencia- se reúnen con el gobierno en una lejana zona rural a discutir no se sabe que cosa.
Entonces es aquí donde uno dice esa película ya la vi, esa vaca otra vez se pasa por el portillo de siempre, las farc están en lo mismo desde hace más de cincuenta años, incluyendo todos los “procesos de paz”, es así como, por ejemplo, la Defensoría del Pueblo anunciaba en un comunicado oficial del 17 de julio del 2015 que “la lista de los ataques terroristas que perpetraron las FARC en los últimos dos meses, entre junio y julio, se presentaron 64 atentados”. Parece calcado, hoy es igual, las FARC de ayer y de siempre, las mismas víctimas.
Petro les ha dado todo lo que piden: territorios para que siembren y produzcan coca, los nombra gestores de paz y se liberen de órdenes de captura, les da camionetas blindadas y tarjetas para combustible, ordena a los militares y Fiscalía que no los persigan, solo en casos excepcionales y nada los sacia, son glotones de la impunidad, estamos hastiados de sus fechorías, del reguero de víctimas que dejan, familias destrozadas, en fin, ya no más, Colombia reclama y exige paz, sin diálogos, con autoridad.