Los gatos, siempre han ejercido una gran fascinación en la poesía y en la literatura. Son contados los y las poetas que no han dedicado versos a un ejemplar felino.
Poe, Baudelaire, García Lorca, Borges, Neruda, Wislawa, Cisneros, Elejalde, Jaramillo, para citar unos pocos, han destacado las propiedades mágicas de los felinos, así como sus particulares costumbres.
Los narradores, también han hecho lo propio, desde T:S Elliot hasta los japoneses Natsume Soseki y Takashi Hiraide, pasando por el brasileño Jorge Amado, han escrito notables ficciones sobre el mundo gatuno.
Por estas fechas un escritor vallecaucano, el caleño Fabio Martínez, (1958) ha publicado en Pigmalión una crónica felinesca que tituló “Un gato ha entrado en mi sueño” y que cuenta la experiencia del autor y su compañera de vida, con una mande de por lo menos nueve gatos, cada uno con un carácter particular y unos gustos y maneras de relacionarse con sus amos y con la manada muy especiales.
Quienes hemos sido invitados por el autor y por Ivone, su mujer, a su amplio y acogedor hogar, podemos dar fe de la notable diversidad y complejidad de esta familia que ha logrado permanecer unida por más de veinte años, gracias principalmente a la protección y cuidado que sobre sus personas ejercen sus gatos.
Son pues estas páginas una bitácora que comprende una biografía de cada uno de los integrantes de la manada, detallando sus especiales característicos, así como el papel que desempeñan entre sí y con el Tigre y Madame Emily, sus amos.
Aquí encontramos desde una gata correctora de pruebas, un gato desplazado, una gata filósofa, hasta una jefe de manada que los hace posar muy tiesos y muy majos, ante el maestro Tejadita que prepara su primera exposición gatuna. Como dice en su prólogo la escritora Adriana Villamizar Ceballos, este libro es indispensable para los jóvenes, pero también para los adultos, amantes o no de los gatos.