Y es hora que los anuncios de la reactivación económica se concreten en cada uno de los municipios del país y especialmente en aquellos que tenemos cerca y por supuesto necesarios desde todo punto de vista, una vez que se respira un hilo de esperanza con la iniciación de la vacunación masiva, a partir del próximo mes de febrero, y la comunidad se encuentre con mejor disposición para apoyar las medidas emanadas del gobierno en relación con la pandemia que, como todos sabemos, no se irá del país tan pronto como lo quisiéramos y debemos estar atentos y muy juiciosos en su cumplimiento.
Para que municipios, como Guadalajara de Buga y Tuluá, por poner un solo ejemplo, se reactiven económicamente se hace urgente que los organismos responsables de recolectar impuestos, tasas y contribuciones del sector público y privado, realicen desde este mismo momento todas las acciones pertinentes tendientes a aliviar la carga a los empresarios, grandes, pequeños y medianos, para que se inicie una nueva etapa de empleo directo e indirecto, que es lo más urgente que se necesita actualmente, pues unos tuvieron un año fatal, regular otros y pasando a ras la mayoría.
El subsidio que ofrece el gobierno ahora, aunque sirve para solventar un poco la difícil situación de los empleadores, no es suficiente y estamos seguros que no puede perdurar ni siquiera por un año más, mientras la alerta en el sector salud no disminuya y se pueda recuperar la economía en su totalidad. Si de verdad el gobierno tiene puestas sus esperanzas en los municipios, debe coadyuvar las cargas fiscales a los contribuyentes en una u otra forma y dejar de lado la retórica y pasar a los hechos concretos, al mismo tiempo facilitando los trámites, para la creación de empresas, convertir a los informales en formales, no solo para sumar mayores ingresos nacionales, sino para dar paso a mayor generación de empleo y crecer en desarrollo social, logrando que las personas puedan acceder a los servicios esenciales sin mayores dificultades.
En este municipio el sector informal es muy grande y aquí el trabajo del gobierno local debe ser intenso, permanente, responsable y justo, lo cual solamente se logra si se tiene un sentido de pertenencia, un respeto por el bien ajeno, y un profundo sentido de lo colectivo. Para la reactivación económica se deben fijar prioridades empresariales, a quién hay que ayudar, cómo aliviar sus cargas con el Estado, y procurar medios que lo faciliten, como los plazos prudenciales. Estamos seguros que un Estado menos extractor y succionador de recursos y al mismo tiempo cero corrupción, podrá sacar adelante sus proyectos, especialmente todos aquellos que tienen como objetivo ayudar a salir de la pobreza a miles y miles de personas.
En este contexto hacemos un llamado especial a las Cámaras de Comercio para que se conviertan en los pioneros en el crecimiento de sus afiliados, en un apoyo decidido a la reactivación económica, adelantando programas y proyectos que animen, impulsen a tantos emprendedores que permanecen en la sombra, pero atentos a que les abran las puertas. Los sectores público y privado, deben hacer una llave maestra para fortalecer la sociedad en donde vivimos y como están manifestando la mayoría de los pensadores modernos, la pandemia nos enseñó que ya es hora de “pensar en nosotros, más que en el yo”.